La imposición de aranceles unilaterales por el presidente estadounidense, Donald Trump, ha desatado una intensa tormenta de críticas y promesas de represalias a nivel mundial, intensificando la preocupación por una guerra comercial sin cuartel. La medida, que incluye un arancel base del 10% a todas las importaciones y tasas superiores al 20% para la Unión Europea y China, ha sido calificada de "error", "brutal" e "injustificada" por numerosos líderes.
La Comunidad del Caribe (Caricom) expresó de inmediato su preocupación por el impacto económico negativo en sus pequeñas naciones, con aranceles que alcanzan hasta el 38% para Guyana. Canadá, a través de su primer ministro Mark Carney, fue aún más lejos, declarando que estas acciones "fracturan la economía global" y marcan el fin del sistema comercial anclado en EE.UU., anunciando contramedidas arancelarias. Desde Estados Unidos, los demócratas tildaron los aranceles de una "subida de impuestos" que amenaza con una recesión.
En un sorprendente contraste, el gobierno argentino de Javier Milei celebró que les el arancel del 10% que les tocó, y lo calificó como el "más bajo" del abanico arancelario. Mientras que Italia, a través de su primera ministra Giorgia Meloni consideró la medida un "error", pero dudó de la efectividad de responder con más aranceles.
Internamente, la oposición demócrata dijo que los aranceles elevarán el costo de vida para los ciudadanos y las empresas del país, los calificaron como una "subida de impuestos" y alertaron de una posible recesión.
De hecho, la firma JP Morgan elevó a 40% la posibilidad de una recesión global.
"Brutales"
La reacción más enérgica provino de la Unión Europea. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, advirtió que la economía mundial "sufrirá enormemente" y anunció que la UE ya está preparando medidas de respuesta. Tras reunirse con representantes de los sectores productivos afectados en su país, el presidente francés, Emmanuel Macron, calificó los aranceles de "brutales y sin fundamento", anticipando un impacto negativo en la economía europea y estadounidense. El Reino Unido, a través de su primer ministro Keir Starmer, lamentó que "nadie gana en una guerra comercial" y anunció un periodo de consultas para definir su respuesta.
Y Alemania, la mayor economía europea, señaló que la medida genera inquietud.
En Asia y Oceanía, las reacciones fueron igualmente adversas. El primer ministro australiano, Anthony Albanese, calificó los aranceles de "injustificados" pero descartó represalias. China, a través de la agencia estatal Xinhua, denunció el "bullying contraproducente" de Washington y prometió "contramedidas firmes" para salvaguardar sus intereses. Taiwán consideró las acciones de Trump "sumamente irracionales", mientras que Japón las tildó de "injustificadas y extremadamente lamentables". India, en cambio, respiró con alivio al ver que su industria farmacéutica quedó exenta de los gravámenes.
Impuestos recíprocos
En este lado del mundo, América Latina, Brasil aprobó una ley de reciprocidad económica para contrarrestar el arancel del 10%, mientras que Colombia, a través de su presidente Gustavo Petro, si bien criticó la medida, sugirió que Latinoamérica podría beneficiarse.
El enviado especial del Departamento de Estado de EE.UU. para Latinoamérica, Mauricio Claver-Carone, dijo a Efe que los inversionistas de Estados Unidos y Latinoamérica son los "ganadores" de la imposición de aranceles, pues si se compara con las tasas impuestas a China y a los países asiáticos, la región tuvo "una buena noticia ayer".
"Los países asiáticos tienen un triple, cuádruple, quíntuple de lo que tiene las Américas, así que al fin y al cabo, en la base (...) está Latinoamérica. Obviamente el primer beneficiario, los Estados Unidos y conjuntamente" con la región, subrayó.
"El resto de los países de las Américas son los que salieron más ganadores mundialmente en ese sentido", enfatizó.
Otros países como Japón, Corea del Sur y Suiza también mostraron su preocupación y anunciaron posibles medidas. Sin embargo, la nota discordante dentro de Europa la dio Hungría. Su ministro de Asuntos Exteriores, Peter Szijjarto, defendió los aranceles de Trump, culpando a la Unión Europea de la decisión por mantener aranceles más altos a los automóviles estadounidenses.
Debacle automotriz
En este sector, de hecho, comenzó a regir ayer el 25% de arancel "Trump" para los vehículos que se importen desde Estados Unidos.
El coloso automotriz Stellantis, por ejemplo, se verá obligado a aplicar despidos temporales a unos 900 trabajadores en varios centros de trabajo en EE.UU., mientras que Canadá anunció que aplicará aranceles del 25% a la importación de automóviles procedentes de EE.UU. que no se ajusten a las normas del T-MEC.
Trump: "Está yendo muy bien"
El presidente de EE.UU., Donald Trump, aseguró ayer que los mercados y la economía estadounidense van a experimentar un "boom" a raíz de su programa global de "aranceles recíprocos". "Está yendo muy bien", explicó Trump al ser preguntado por los efectos de su paquete arancelario, que hoy dejó caídas generalizadas en las bolsas asiáticas y europeas y que, a falta de una hora para que se cierre la negociación en Nueva York, deparaba pérdidas de entre un 3% y un 5%.