Chile, ¿un país corrupto?
Pablo Toloza Fernández , Abogado
El pasado lunes la Corte de Apelaciones de Antofagasta dio lugar al desafuero de la Diputada Catalina Pérez, involucrada en el caso de corrupción más grave de la historia de nuestra región, paradojalmente al día siguiente, se dio a conocer el Índice de Percepción de la Corrupción, que elabora Transparencia Internacional, desde el año 1995, y como era de esperar, las noticias no son para nada buenas.
Siendo ya una constante en esta materia, las noticias cada vez son peores, de los 180 países evaluados 2/3, obtienen menos de 50 puntos, en donde 100 es nada corrupto y 0 es muy corrupto, es decir, la gran mayoría de los países vive en un entorno de una elevada corrupción.
Chile sigue esta tendencia, obtenido el peor resultado desde que se realiza la medición, con 63 puntos y quedando en el lugar 32. Si bien es cierto estamos mejor que el promedio de la región e incluso mejor que algunos países europeos como España, Italia y Portugal, estamos muy lejos de los 73 puntos que tuvimos del año 2014.
Esto ya no lo podemos tomar sólo como una luz de alerta, ya que en forma sostenible hemos ido bajando año a año en este ranking, y la sensación de que somos un país más corrupto se ha instalado en la opinión pública. Los sucesivos casos de corrupción que se conocen e investigan, y que afectan a los municipios, los Gobiernos Regionales, el Caso Audios y el Caso Convenio o Fundaciones, golpean fuertemente a las diversas instituciones fundamentales del país como el poder Ejecutivo, el poder Legislativo y el poder Judicial. Pero no solo las instituciones públicas se ven involucradas, este flagelo también se ha extendido a las instituciones privadas, y a otras esenciales en la vida del país, lamentablemente no tenemos estadísticas sobre ello, pues este instrumento solo mide la corrupción en el sector público, así, la sensación que Chile es un país más corrupto es cada vez mayor.
La corrupción daña directamente a la democracia, y da paso a los autoritarismos y populismos, pero también afecta el ejercicio de nuestros derechos básicos, un país más corrupto genera entornos de mayor violencia y facilita que se instale el crimen organizado, pero también perjudica directamente la evaluación económica, la inversión extranjera, el crecimiento económico y el riego país aumenta.
Debemos tomarnos en serio estos resultados, desde esta tribuna hago un llamado para que el Gobierno junto con el Congreso acuerden una importante agenda de reformas en esta materia, y aceleren los proyectos que actualmente se están tramitando, aún estamos a tiempo de enfrentar este flagelo, pero no podemos esperar más.