Antofagasta y Dubai
LA REGIÓN QUE SOÑAMOS. Pedro Araya Guerrero, senador
Un día alguien me preguntó por qué Antofagasta no era Dubai… y me quede pensando en lo extraña que sonaba esa pregunta, hasta que el interlocutor me hizo las siguientes aseveraciones: el Producto Interno Bruto (PIB) de Antofagasta es el segundo más alto a nivel país; es la principal Región exportadora de Chile; produce e 54% del cobre del país, que es más que todo lo que produce Perú; es el segundo productor de litio después de Australia; tenemos el potencial de convertirnos en la capital mundial de las energías limpias, con la planta solar más grande del mundo que es Cerro Dominador, esta Región tiene una de las mayores capacidades de observación astronómica; es uno de las tres principales regiones con mayor capacidad portuaria, entre otras cosas. Estas cifras podrían decirnos que estamos hablando de una zona como Dubai, pero no, nos referimos a Antofagasta.
Entonces me senté a pensar, si tenemos esas cifras y queremos que Antofagasta sea como Dubai, ¿qué nos falta para llegar a ello? Y soñar con que nuestra región de una vez por todas logre el salto al desarrollo.
Primero, contar con la capacidad académica - formativa, técnica y superior que nos permita contar con más profesionales en la Región y no solo en aquellas áreas productivas que más resaltan a simple vista como es la minería. Una de las grandes falencias en nuestra Región se produce, por ejemplo a la hora de preparar proyectos urbanos y proyectos estratégicos en general. Tal es el caso de las divisiones en el Gobierno Regional y de las unidades técnicas municipalidades que cuando tienen que identificar, preparar o evaluar proyectos estratégicos, carecen de las capacidades óptimas o suficientes para que ello ocurra, siendo muchas veces la falta de dotación especializada lo que puede echar por la borda ciertas iniciativas o dilatar su ejecución. Pero entonces, ¿por qué no hay mayor interés en los profesionales para trabajar en los servicios públicos? Quizás debe revisarse si los incentivos para estimular lo anterior se encuentran correctamente establecidos, o si la oferta académica que entregan las universidades y centro de estudios en la Región cubren dichas necesidades.
Lo que no se sopesa, es que para que un sector productivo pueda desarrollarse adecuada e idealmente, se necesita contar con una contraparte pública idónea y capaz.
En segundo lugar, necesitamos que la inversión pública en la Región se gaste y ejecute correctamente para resolver los problemas estructurales que se arrastran por décadas, como nunca la región recibirá una cantidad importante de recursos públicos, pero la cartera de proyectos está lejos de hacerse cargo de resolver estos problemas, como no soñar con que de una vez por todas se recuperen los espacios públicos que hoy se encuentran en franco deterioro o derechamente abandonados, o la construcción de establecimientos educacionales acordes a las necesidades de la región.
En tercer lugar, tenemos que mejorar la conectividad. ¿Cómo se explica que siendo Chile el mayor exportador de cobre del mundo, y siendo Antofagasta la Región que más aporta en dichas exportaciones, sea de las pocas regiones en que la principal carretera que une nuestro largo y angosto país tenga solo una vía? Con los riesgos que ello implica. En efecto, si alguien recorre nuestro país, partiendo por el sur, se dará cuenta que desde Puerto Montt hasta Chañaral habrá doble vía en la ruta 5, pero desde el ingreso a la Región de Antofagasta ello ya no ocurre más.
Además resulta incomprensible que ésta sea una Región con muchas áreas de silencio, donde la falta de conectividad parece ser la norma general cuando se sale del radio urbano, e incluso estando dentro de alguna de las 9 comunas de nuestra Región. Para qué decir si queremos tener una reunión vía remota con comunas alejadas como Ollagüe. ¿Por qué los gobiernos de turno y, en este punto, por qué el mundo privado, no ha pensado en lo relevante que resulta para nuestra Región invertir en conectividad?
En cuarto lugar, tenemos que hacernos cargo de generar un ambiente de mayor seguridad y paz. Nuestra Región lamentablemente ostenta malos indicadores en seguridad pública: los secuestros han aumentado entre 2022 y 2023 en un 35%; Antofagasta, es la 4ª región con mayor porcentaje de homicidios vinculados al crimen organizado, superior al promedio país.
Una única solución frente a este escenario no existe, pero se puede avanzar en áreas gravitantes como mejorar las tecnologías vinculadas a temas de seguridad; basta recordar que siendo Antofagasta una región de alta afluencia de carga y transporte por sus características productivas y, sabiendo, desde hace varios años, que la gran mayoría de los vehículos robados salen rumbo a Bolivia no se logra comprender que la región no cuente con pórticos lectores de patente en ninguna carretera ni cruce vial y tampoco exista un sistema de vigilancia electrónica, por medio de cámaras en la capital regional.
Además, debemos hacernos cargo de las faltas de dotaciones en materias tan relevantes como la vigilancia costera, donde la actual policía marítima evidencia déficits en sus cuadros que hacen muy difícil una labor efectiva.
Mención aparte merece el tema carcelario donde debe invertirse en formación, capacitación y recursos tecnológicos para Gendarmería, pero a la vez ampliar la capacidad instalada de centros penitenciarios.
En quinto lugar aprovechar las oportunidades que tiene la región y que no dicen relación directa con la minería, como por ejemplo, la construcción del Centro Espacial Norte, que representa una oportunidad gigantesca para que Antofagasta se transforme en un hub tecnológico de primer nivel, y que posicione a nuestra región como un polo de desarrollo industrial y tecnológico a nivel sudamericano, donde muchos de nuestros emprendedores locales puedan desarrollar sus talentos y habilidades.
Sueño con que si logramos avanzar en estos temas Antofagasta se transformará en una región desarrollada, integrada social y culturalmente, con calidad de vida, donde las oportunidades le permitirán a todos alcanzar las metas que se proponen.
"Sueño con que si logramos avanzar en estos temas Antofagasta se transformará en una región desarrollada, integrada social y culturalmente, con calidad de vida". Pedro Araya Guerrero Senador