Si hay una época para descansar y disfrutar del tiempo libre, esa es el verano. Pero también un tiempo para recrearnos, jugar y practicar deporte, que no es sólo una forma de entretenernos, sino que además es una oportunidad para crecer, aprender y compartir con amigos y familiares.

Como tenemos más tiempo, explica Paula Ortiz, directora del Instituto del Deporte y Bienestar de la Universidad Andrés Bello, podemos practicar diversos deportes lo que puede permitir descubrir nuevas habilidades, fortalecer el cuerpo y, lo más importante, divertirse y querer seguir mejorando.

Las pantallas y el descanso nos pueden tentar a quedarnos quietos, pero practicar deporte nos ayuda a sentirnos mejor, con más energía y buen ánimo.

El rol de los padres es fundamental en este proceso. Apoyar, brindar oportunidades, y dar el ejemplo pueden inspirar a sus hijos a mantenerse activos, darse el tiempo para escuchar, mirar y descubrir juntos sus talentos y a disfrutar del deporte en familia. Una caminata, imaginar una cancha de tenis o de fútbol en la calle, una salida al aire libre o averiguar en las cercanías sobre la oferta de actividades deportivas hará una gran diferencia en su bienestar personal y familiar.

También se pueden ir poniendo desafíos diarios, como por ejemplo una cantidad de dominadas, o tiempo de mantención de la pelota en el frontón, tiempo de trote o bicicleta, etc.

Aprovechemos este verano para fortalecer nuestro cuerpo, ponernos desafíos y disfrutar el juego a través del deporte. Una actividad deportiva bien hecha trae beneficios físicos, emocionales, sociales y cognitivos: no hay por donde perderse.

Cada vez es más notorio en Chile que el clima muestra un calentamiento y que en gran parte se debe al resultado de actividades del ser humano que emiten contaminación atmosférica.

Para tener la posibilidad de limitar el calentamiento global debemos eliminar la contaminación por carbón y para lograrlo el Estado debe liderar la acción adoptando políticas y respuestas tecnológicas además de tomar todas las oportunidades que permitan tener un crecimiento sostenible.

Se sabe que el cambio climático crea riesgos para nuestros habitantes y ecosistemas afectando la economía, el medioambiente y la salud de todas y todos los habitantes de la tierra.

Estos riesgos se incrementan desproporcionadamente a medida que aumenta la temperatura. Ya vemos ahora que tenemos sectores del país en riesgo por el cambio climático. Si llegamos a un aumento de 2°C sobre los niveles preindustriales, incrementa el riesgo de condiciones climáticas extremas generando peligros para nuestros ecosistemas.

Por otra parte, si se llega a aumentos sobre los 4°C, los riesgos podrían incluir efectos sustanciales de extinción de especies, así como inseguridad tanto global como local en el abastecimiento de alimentos provocando fuertes cambios en la actividad humana que hoy consideramos garantizada.

Para responder a los desafíos se requiere desplegar un amplio conjunto de talentos humanos e incluso inventos para tal efecto.

Intervenciones políticas creativas y nuevas soluciones tecnológicas necesitan ser estimuladas y aplicadas. Esto implica un esfuerzo sostenido en cuanto a investigación, desarrollo, educación, participación pública, entrenamiento y habilidades.

Mientras las amenazas generadas por el cambio climático permanezcan lejanas, las formas en las cuales se puedan enfrentar pueden ser fuentes de grandes oportunidades. Existe un amplio potencial para innovar, como por ejemplo con las tecnologías de bajo carbón.

Existen también significativos beneficios adicionales disponibles en el control climático y acciones de adaptación, incluyendo alimentación, energía, disponibilidad de recursos hídricos, calidad del aire, mejoramiento de la salud y conservando los servicios que los ecosistemas proveen. Las acciones deben empezar ahora, por los gobiernos, las personas, las industrias, las comunidades y las instituciones públicas si queremos enfrentar el cambio climático cortando emisiones nocivas obteniendo mayores ventajas de las oportunidades disponibles y beneficios adicionales.

José Cabello Lechuga,

geólogo y presidente del Centro de Estudios

de Minerales Estratégicos y Críticos (Cemec)