Bochornos políticos
Dra. Francis Espinoza F. , Académica UCN
Este 2024 cierra con algunos bochornos políticos en la derecha nacional y regional, aspecto que no sólo muestra una 'diestra' dividida, sino más bien una fragmentación de toda la democracia representativa político partidista. Sin ir más lejos, Francia, en vísperas de su batalla presupuestaria del 2025, presenta un nuevo gobierno formado por antiguos personeros y liderados por el primer ministro François Bayrou. Este actor político lleva casi 10 días organizando al gobierno para evitar posibles mociones de censura en la derecha extrema y la izquierda que afecten a la billetera presupuestaria francesa del próximo año (La Tercera, 23/12/2024).
El caso de Evópoli es de antología, pues debió prorrogar sus comicios por un error técnico, específicamente por "problemas de conexión entre la empresa de votaciones y el Servicio de Registro Civil e Identificación, así como desajustes en la distribución de militantes a las mesas de validación, lo que generó una alta concentración de votantes" (Diario Uchile, 23/12/2024). A nivel local, la definición de quien liderará a nivel regional el sexto partido más importante en el país (con 33.159 afiliaciones), la UDI, se postergó por un tiempo más a raíz de un resultado estrecho y cuestionamientos varios al proceso. Además, las candidaturas de las dos listas ya habían llegado a los comicios "… Con críticas a los últimos resultados electorales del partido: exconsejero [Dagoberto Tillería] y exgobernadora [Katherine López]…" (Jonathan Mondaca, Timeline, 19/12/2024).
La 'Estasiología' (ciencia de los partidos) analiza su origen, evolución, organización, ideología y funcionamiento (Miguel Martínez Cuadrado y Manuel Mella Márquez, 2012); pero también se estudia el comportamiento de éstos en función de la generación de oligarquías como el modelo duopólico de Estados Unidos (Robert Michels, 2016). Según el politólogo francés Maurice Duverger (1957), la organización de los partidos políticos determina su actividad e influencia; y así para un normal funcionamiento del sistema democrático del país, los chascarros políticos no son simples 'condoros', constituyen problemáticas más profundas en la institucionalidad que sustenta una democracia sana. Para el pensador político ruso Moisei Ostrogorski (1964) los partidos políticos debieran desaparecer, porque sólo han sido exitosos en asegurar los cupos en la maquinaria gubernamental, "pero han fracasado miserablemente en respaldar el poder de la ciudadanía" (1964: 539). Sin embargo, hasta el momento no existe un experimento político mundial sin partidos políticos.
La profesora de Ciencias Políticas de la Universidad de California, Kaare Strom (2013), afirma que si miramos el comportamiento de los partidos políticos competitivos a partir de la Teoría de la Acción Racional, podemos observar tres modelos: el conglomerado que sólo va en busca del voto, el que quiere llenar los cargos públicos, y el partido que se atreve a hacer política. Por lo tanto, la pregunta que subyace es dónde se ubican los partidos con más chascarros. Las tres reglas de Norberto Bobbio (2001): pluralidad de opciones, la regla de la mayoría y el reconocimiento de las minorías, nos permiten discutir la validez del acuerdo en el Senado de reforma al sistema político que terminaría con la fragmentación de la representatividad (Senado de la República, 27/11/2024).
Cuando he señalado que la derecha se ha vuelto cancerígena, me refiero a la expresión 'coerción narcisista' del filósofo coreano Byung-Chul Han (2024), donde las células de los neoplasmas malignos terminan destruyendo el organismo, el partido o conglomerado político en nuestro caso. Esto también es extensible para el resto del espectro político nacional, y así los bochornos políticos son sólo el síntoma de una enfermedad más grave y terminal: la muerte de las democracias modernas (Steven Levistky y Daniel Ziblatt, 2018; Sebastián Burr, 2020; Juan Pablo Luna, 2024).