Los premios Nobel de Economía 2024 fueron designados a los Sres.: Daron Acemoglu, James Robinson, Simon Jonhson. Investigaron la desigualdad entre las naciones ricas y pobres, y sus raíces las centran en la solidez o las ambivalencias de las instituciones. Las desarrolladas gozan de gobernanzas internas rigurosamente transparentes, garantizan que las personas accedan a su cultura y por ende puedan apropiarse del fruto de sus esfuerzos, la palabra se cumple y se respeta a todo evento. Las pobres obviamente lo contrario.
Recordamos ese aserto del exPresidente Lagos: "dejemos que las Instituciones funcionen" pero no basta que funcionen, sino también con celo de probidad. Se dice "las instituciones permanecen, las personas pasan". Cabe preguntarse ¿qué es primero el huevo o la gallina? Si titulamos: "las personas diferencian las instituciones" se establece la prioridad de las personas sobre las instituciones, como la prioridad de la energía sobre la materia.
Las personas son portadoras del espíritu de las instituciones. Hoy en día nuestro Chile está en un proceso de auto reconocimiento doloroso de corrupciones, constatarse a sí mismo de sus incoherencias institucionales por quienes las habitan e integran. "El poder corrompe" cuando se usufructúa de él y no es para servir a los demás, a la sociedad.
La raíz de la crisis: "donde las dan, las toman", significa que las personas carentes de valores, de cultura de conciencia "comen la manzana", al ejemplo bíblico de Adán y Eva. La tragedia llega a quienes tienen la responsabilidad de velar por la honradez ciudadana y ellos la delinquen. Si ricos roban otros harán lo mismo más aún si quedan impunes.
¿Por qué la política, la religión están desprestigiadas? Son sus adherentes inconsecuentes quiénes las desprestigian, contaminan la atmósfera social, no sólo a sus instituciones.
Si los cambios climáticos nos obligan a desarrollar energías limpias, también los estallidos de corrupción exigen desarrollar políticas económicas allanen las inmensas brechas de desigualdades del mundo. La violencia incivilizada contra una sociedad civilizada, enrejada.
Concomitante a la designación de los Nobel de Economía, el Banco Mundial recomienda un impuesto a las riquezas para reducir las desigualdades en Chile y la región, reactivar el crecimiento y mejorar las finanzas públicas. Propone gravar la propiedad en América Latina, pilar de riqueza, para financiar las demandas sociales. Agrega que la región apenas recauda un 2,7% de sus ingresos a través de impuestos a la riqueza. En América del Norte es del 12,8 %. Anotemos las fugas de impuestos por evasiones, elusiones. ¿No son corrupciones contra el bien común?
Si los Nobel ponen el dedo en la llaga de la desigualdad entre las naciones por las corrupciones, incertidumbres, desconfianzas de las institucionalidades: será un sistema educativo inclusivo, un sistema de derecho de propiedad garantizado con autoridades imparciales y el capital cultural esté al alcance de todos, aumentaría el bienestar más temprano que tarde.
Estos antecedentes evidencian son las personas erigen y rigen las instituciones en pro del bien común. Son las personas con formación realmente democráticas, con agudo sentido de justicia dinamizarán los potenciales sociales. ¿Utopía? Los Nobel evidencian empíricamente que existen no pocos países con instituciones sólidas y éticas promotoras del desarrollo social.