Dicen que la vida tiene sus momentos de felicidad, tristeza, amor, angustia, vacío, en fin; podría terminar este artículo con todas las palabras que se me vienen a la mente y estoy seguro de que quedarían muchas sin anotar.
Es una realidad de la cual no podemos escapar: La vida es de momentos.
El tema en el que me quiero centrar es: ¿En qué momento de tu vida estás? Porqué sería fácil una respuesta desde lo emocional, financiero, laboral, etc. ¡Pero no es a eso a lo que me refiero! Mi pregunta, para ser más exacto, es: ¿Estás tranquilo en este momento? ¡Estoy seguro de que ya nos estamos entendiendo y estoy siendo más claro!
Yo puedo estar tranquilo, a pesar de que mis hijos estén haciendo nuevos planes de vida.
Si a mí me preguntas: ¿Estás tranquilo?, Mi respuesta es un Sí rotundo.
Esto tiene una explicación sencilla y nada elaborada. El simple hecho de levantarme todos los días, abrir los ojos, poder respirar, tener alimentos en mi mesa, planes por cumplir, en fin…es tanto lo que tenemos y es tanto lo que lo ignoramos, que solo les puedo decir: Hay personas con mucho más que nosotros y no tienen cómo comprar tranquilidad.
Suena fuerte decirlo así: Comprar. No hay otra palabra, porque la tranquilidad viene de un corazón en paz que siente que hace lo correcto. En el mundo ideal, la tranquilidad debería llegar de tener todos nuestros indicadores en niveles óptimos; sin embargo, así no funciona. Del equilibrio entre los momentos de brillo y los oscuros es donde se da el estado perfecto. ¿Recuerdas los días en que no parabas de darle gracias al universo por lo maravilloso que era contigo? Y a reglón seguido: ¿Recuerdas los días en que pensabas que un dolor no lo podrías superar?
Así de sencilla y básica es la vida. El sol brilla para todos. Hay momentos en que su brillo nos enceguece y en otros, sentimos que su falta de brillo nos lleva a espacios interiores donde se anida la tristeza. No permitas que cuando eso suceda en tu vida te amilanes.
¿De qué va a suceder? por supuesto que va a suceder! ¡Es inevitable!
Pero eres tú, quien conociendo a ese maravilloso que habita en tu interior, la única persona capaz de salir adelante.
Reconocerte como un ser vulnerable es de humanos. Permanecer en la vulnerabilidad, es de insensatos.
Cuando sientas el peso de las sombras sobre ti, piensa que en alguna parte del mundo alguien está sonriendo y dando gracias infinitas por los favores recibidos. Y cuando las buenas noticias, la felicidad y los momentos positivos estén en tu vida da gracias y pídele al universo que lo multipliques para todos.
Recuerde: el sol brilla para todos y somos nosotros los que tenemos la capacidad de multiplicar su brillo. Que tu corazón se llene de bondad y tengas la capacidad de contagiar al mundo.