Ricardo Pinto Neira
Ya parece un denominador común. Primero fue el delantero Cristian Insaurralde y ahora el golero Nicolás Avellaneda quienes salen a rayar la cancha respecto de la disposición con que Cobreloa enfrenta los partidos. Ambas figuras del equipo en un torneo donde hubo pocas destacados defendiendo a Cobreloa reparan en el detalle del poco volumen ofensivo que tienen los "Zorros" en momentos en que el club pelea por mantener la categoría.
"Siento que principalmente, hay que enfocarse en lo futbolístico porque estamos al debe en eso de poder capitalizar el esfuerzo que se hace durante un partido y no logramos consolidarlo en goles. Si esto al final se gana con goles", reconoce el trasandino.
Eso se refrenda con el primer tiempo que hicieron ante Audax Italiano, donde esa actitud que les criticaban de no jugar los partidos como finales se vio virada. Hubo intensidad y el equipo puso más de lo que venía mostrando y volvió a fallar en los momentos claves al no concretar...
-Yo me quedé con esa misma sensación. En el primer tiempo se jugó como una final, nos generamos dos opciones claras y si embocábamos una de esas, la que chocó en el palo -de Nahuel Donadell- o la que tuvimos debajo del arco -de Insaurralde- hablábamos al final de otro partido.
¿No es físico? ¿No será mental? Porque en el segundo tiempo en La Florida se volvió a ver a un equipo que no fue capaz de sostener el buen rendimiento ni alargar los buenos pasajes...
-Eso fue tal cual. En el segundo tiempo vi lo que veníamos viendo de Cobreloa en las anteriores salidas de visitante. Lineas largas cuando un equipo que se mete atrás, carecemos de ideas de cómo avanzar, de cómo vulnerarlos, cómo encontrar paso entre líneas, cómo ser profundos, llegar con más gente al área rival. En eso estamos al debe de visitante porque cuando salimos de Calama, siempre nos hacen goles y no encontramos la forma para nosotros hacer goles.
¿Falta regularidad?
-Sin duda. Contra el Audax pienso que en el primer tiempo se jugó como se había hablado, de meter mucha intensidad como si fuera una final y no lo pudimos sostener. Yo vengo hablando desde principio de año de que es difícil que un equipo se sostenga en la categoría si no es regular. Creo que los equipos que estamos abajo en la tabla estamos ahí por eso. Metemos partidos de siete puntos y al siguiente son de dos o tres puntos de calificación. Y así, vas a andar a los tumbos siempre.
Lo que resta
Avellaneda tiene el llamativo récord de ser el arquero más batido del campeonato y por contrapartida, ser uno de los mejores goleros de la competencia en cantidad de goles evitados. Esa misma capacidad de ponerse al frente en momentos malos dentro de la cancha la tiene fuera de ella. Siempre da la cara, es el que hace la autocrítica a nivel del grupo y sale a aplaudir el respaldo de los hinchas.
"Me dijeron cuando llegué a Calama que este era un club grande, que tenía gente en todos lados y el otro día en Santiago se volvió a demostrar, si llenaron una tribuna. Uno espera poder responderles porque sé que ellos hacen el aguante y lo pasan mal por culpa de lo que nosotros mostramos en cancha. Habrá que hacer hincapié en eso. No queda otra que mirar para adelante, afrontar lo que queda, poner huevos en la mesa y principalmente en la cancha y empezar a ganar", remarca.
¿Afecta eso de que con la posición incómoda en la tabla, cada vez que les hacen un gol el equipo no se sostiene desde lo mental, que se caen?
-Siempre juega la cabeza en los equipos que están peleando en la parte baja porque otra vez arrancas perdiendo, otra vez tienes que salir a buscar el partido porque hoy lo que te sirve es ganar. Contra Audax era un partido para ganar, jugamos contra un rival que no vi que nos haya superado ampliamente, como en otros partidos donde sí me he visto superado por el adversario. Tranquilamente pudimos haber ganado ese partido. Habíamos hecho un primer tiempo como para ir ganándolo tranquilo, sin sufrir.
Les queda poco crédito...
-Ahora nos toca Ñublense en casa, que siento que va a ser un rival muy duro pero vienen a Calama, que me parece que es donde todavía nos estamos haciendo fuertes. Eso incluso se vio contra Colo Colo, que pese a su categoría fue un rival que nos respetó, entendiendo que hoy por hoy somos un equipo fuerte de local. Lamentablemente, no sé si nos va a alcanzar ganando solamente de local.
¿Cómo se sale de este momento tan complejo?
-(Ríe) Si te digo entrenando, trabajando, es más de lo mismo que venimos diciendo siempre. Pero es la realidad también. Sabemos que no podemos tirar la toalla ahora, que quedan resultados, que quedan partidos claves. Personalmente creo que todavía no nos supera la presión. Si ganamos en casa quizás volvemos nuevamente a levantar la cabeza. Insisto en que no hay que trabajar tanto lo mental porque lo hemos trabajado bastante pero sí en lo futbolístico.