Campaña de Giovagnoli divide al directorio y tiene al DT con "medio pie" fuera del club
SIN CONSENSO. Mientras desde el lado del presidente loíno, Marcelo Pérez quieren esperar el partido frente a Ñublense para tomar decisiones, otros regentes del club comenzaron a sondear alternativas para reemplazarlo en el tramo final del año.
Que la crisis deportiva y de imagen pública que vive Cobreloa por estos días tiene como principales responsables a los miembros actuales del directorio es una verdad que surge por sí sola. Las determinaciones apresuradas y equivocadas han desencadenado un espiral de adversidades que tienen al club disputando zona de descenso directo y con causas abiertas a nivel ético y administrativo contra la actual regencia por el denominado Caso Cadetes.
Pero si hay una realidad que atormenta más es la del rendimiento futbolístico. Hoy, Cobreloa marcha en el 15° puesto de la tabla general con sólo 24 puntos, abrochando a esta altura del año su peor diferencia de goles histórica y acumulando ya 14 partidos perdidos en la temporada.
Las malas decisiones están a la vista de todos. El darle un "cheque en blanco de atribuciones" al cuerpo técnico de Emiliano Astorga para confirmar una plantilla con jugadores de su absoluta confianza, sin intervenir en la conformación del desequilibrado y cuestionable plantel 2024 más la contratación de un gerente deportivo -Jorge De Olivera- que no pudo tener injerencia en la elección de futbolistas y donde terminó siendo el chivo expiatorio de una mala campaña, así como la elección de nuevos técnicos que no cumplieron objetivos ni expectativas, provocando un éxodo nunca antes visto de futbolistas a mitad de campeonato aparecen como los principales dardos que se le pueden lanzar a la mesa que preside Marcelo Pérez García.
Y en estas semanas se podría sumar un nuevo antecedente que demuestra que las lecciones no se aprendieron. La única vez que los "Zorros" tuvieron tres técnicos más un interinato fue en la temporada 2014-15 -con Marcelo Trobbiani, César Bravo, Fernando Vergara y Marco Antonio Figueroa sentados en la banca-, la misma en que el club conoció el descenso a Primera B por única vez en su historia.
Una marca que podría repetirse este año, ya que la última derrota del equipo en La Florida ante Audax Italiano generó divisiones al interior de la directiva naranja. Mientras desde el lado de la presidencia esperan el resultado del próximo partido ante Ñublense del martes 24 para tener alguna reacción sobre el presente de Dalcio Giovagnoli -ojalá con un triunfo en casa-, hay otros directivos que ya están tomando cartas en el asunto y comenzaron a sondear entrenadores, apelando a una cláusula de rendimiento del actual DT para sacarlo y buscar la salvación en los últimos cinco partidos con otro timón en la banca.
Candidato
Si bien el timonel loíno afirmó hace un par de días que "estamos analizando la situación y viéndola con mucha preocupación. Nos juntaremos dentro de la semana para definir cuáles son los pasos a seguir pero hasta ahora confiamos en el trabajo del cuerpo técnico y esperamos que el equipo pueda ganar en casa para salir de la incómoda posición en que está", lo cierto es que hay otros integrantes de su directorio que ya levantaron el teléfono para saber si hay candidatos que quieran venir a Calama a tomar el desafío de salvar al equipo del descenso, con sólo cinco fechas por jugar en el torneo oficial de acá a noviembre.
Y el elegido es John Armijo, entrenador que en la primera parte del año dirigió a Deportes Antofagasta y salió por una cláusula de rendimiento.
El estratego se encuentra sin club y admite que no quiere negociar directamente porque hay un colega que está ejerciendo funciones. Sin embargo, reconoce que desde Calama llamaron a su representante y este ya le informó del interés que existe por traerlo a encabezar esta "operación de salvataje".
Es claro que hay ciertas trabas que se deberían ir solucionando en el camino, eso en caso de que el ex Preparador Físico loíno entre 2013 y 2014 -con Marco Antonio Figueroa y Jorge García como jefes del equipo técnico- acepte volver a la capital de El Loa, un anhelo que tiene desde que comenzó su carrera como adiestrador.
John Armijo ya maneja una oferta para reinsertarse en la actividad en el año 2025 y por lo mismo, conformó un nuevo cuerpo técnico junto al destacado preparador físico, Hernán Torres, a quien conoce desde Antofagasta.
Con "Nano" Torres en el proyecto deportivo, la idea es ofrecer un plan de trabajo para potenciar a la institución desde las bases en lo que resta de este año y durante todo el 2025. Lamentablemente para ellos, la directiva actual de Cobreloa, con administración vigente hasta octubre de 2024, momento en que deberán darle paso a la Comisión Electoral que autorizará a las listas definitivas que competirán por tomar el poder de la sede de calle Abaroa ya definió ciertos lineamientos.
Tanto en la conformación del plantel 2024 como en los contratos con los diferentes técnicos que emplearon en la temporada, el acuerdo fue negociar vínculo hasta noviembre de este año, pensando en no dejar compromisos amarrados para el directorio entrante.
Es decir, Armijo no podría firmar un contrato por la próxima temporada debido a que el grupo FAUC -Familias y Amigos Unidos por Cobreloa- que encabeza Pérez García no se estaría repostulando y allí, las dos listas que aparecen como más fuertes para encabezar una nueva administración naranja tienen a otros entrenadores en su plan de trabajo.
Aún así. Armijo aceptaría el desafío y convencería a Torres para que lo acompañe. Cabe recordar que el DT estuvo dos veces muy cerca de llegar a dirigir a Calama, primero antes de que Emiliano Astorga asumiera la banca a fines de 2022 y luego tras la salida de éste, cuando la decisión de fichar a Dalcio Giovagnoli apareció como primera opción después de que los hinchas rechazaran las alternativas de Sebastián Ñúñez y Horacio Ameli, negociadas en ese momento por el exgerente Jorge De Olivera.
El punto polémico de esta nueva realidad minera pasa por la actual situación de Giovagnoli, quien se encuentra con la presión de saber que si no gana el martes próximo podría ser obligado a rescindir su contrato, situación que viene a generar un nuevo terremoto interno en días en que el grupo de jugadores necesita certezas de las cuales afirmarse y justo en momentos en que se juegan la permanencia en cancha.
Por ahora, la situación sigue en espera y se viven días claves, con la doble presión de sumar en los tres encuentros que restan por jugar en Calama -Ñublense, Deportes Copiapó y Universidad Católica-, más la esperanza de rescatar unidades en las salidas a Viña del Mar, Iquique y Rancagua.