El escritor e historiador argentino Eduardo Sacheri elogia que los intelectuales pongan sus ojos en el fútbol para hacer literatura, deporte "omnipresente", según él, que antes lo veían como algo banal o frívolo.
Sacheri está de visita en Bolivia como invitado en la 28 Feria Internacional del Libro de La Paz. "Creo que antes existía un fuerte prejuicio como que el fútbol era demasiado banal, demasiado superficial, demasiado frívolo como para merecer esa atención de los intelectuales. Creo que eso ha cambiado y me parece que es bueno que haya cambiado", afirma en una entrevista a Efe.
El escritor argentino es conocido internacionalmente por su novela 'La pregunta de sus ojos', que inspiró la película 'El secreto de sus ojos', que dirigió Juan José Campanella y de la que Sacheri fue guionista.
El argentino también escribió cuentos y su primer libro de este género lo dedicó al fútbol. 'Esperándolo a Tito y otros cuentos de fútbol" (2000) comprende 15 relatos sobre sucesos cotidianos alrededor de la pelota, que primero se dieron a conocer a través de un programa de radio y luego con su libro .
Sobre el fútbol, Sacheri opina que es "una práctica muy diversa y muy rica en significados", aunque en la superficie sea solo un juego "con una apariencia bastante simple".
"Los seres humanos depositamos cosas muy profundas en el juego. Muy profundas, de las que frecuentemente no hablamos: deseos, temores, apasionamientos, violencias", reflexiona el autor argentino.
"La literatura es un buen lenguaje como para capitalizar esos significados más profundos del fútbol", agrega.
Sacheri escribió artículos para la revista deportiva El Gráfico entre 2013 y 2015 que después fueron compilados en el libro 'El fútbol, de la mano', obra que contiene desde declaraciones hasta opiniones sobre hechos relacionados a este deporte, pero que también narra la vida y sentimientos de las personas.
El escritor asegura que solo "los mejores exponentes" del periodismo deportivo pueden dedicarse a hacer literatura, tomando en cuenta que actualmente el fútbol es un tema del cual todos hablan.
"Me parece que el fútbol tiene un lugar mediático omnipresente, está todo el tiempo en los canales y hay gente hablando en la redes, etc. y hablar ininterrumpidamente de algo nos saca nuestras mejores reflexiones a la luz", enfatiza.
Humildad
Sobre la adaptación de la literatura al cine, Sacheri dice que representa "un aprendizaje de humildad" y un trabajo en equipo al que los literatos no están acostumbrados.
El autor recuerda que tres novelas suyas han sido llevadas al cine hasta el momento, 'La pregunta de sus ojos', ganadora del Oscar, 'Papeles en el viento', de Juan Taratuto, y 'La noche de la usina', de Sebastián Borensztein, y los tres directores "muy gentilmente" lo invitaron a escribir en conjunto los respectivos guiones.
A su juicio, hacer eso facilita el trabajo, porque el autor "tiene la posibilidad de insistir en ciertos acentos" y "esencias que considera muy importantes", pero a la vez, "lo vuelve más complejo, porque obliga al autor a negociar, convencer, renunciar, debatir, buscar nuevas alternativas que no son prácticas literarias habituales".
"En los libros, el autor es amo y señor, el autor toma las decisiones. Por eso es todo un aprendizaje de humildad y de trabajo en equipo al que los literatos no estamos acostumbrados", señala.
La mayor dificultad
Para Sacheri, "es muy difícil definir" lo que significa una obra "bien adaptada" al cine, porque "en general lo que uno constata más fácilmente es el fracaso, la desilusión".
"Uno leyó un libro, le gustó, lo entusiasmó, lo conmovió. Luego ve la película y se desilusiona. Ese es un tránsito frecuente", afirma.
También considera que la mayor dificultad está en "encontrar la esencia de los personajes" más que de la historia, porque "es más decepcionante" para el lector que va a ver una película sobre un libro que leyó "sentir que han cambiado las personas a que han cambiado los hechos".
"Creo que en ese respeto por la índole de los personajes está tal vez una clave de un feliz encuentro entre literatura y cine", agrega.
Mientras la lectura es una experiencia "íntima y personal" donde el lector "pone casi todo", la película "es un maravilloso objeto artístico, pero mucho más estructurado", lo que hace que algunos lectores no puedan "escapar" de la "frustración inevitable" de los cambios en la adaptación.
Sobre la versión estadounidense de 'El secreto de sus ojos', Sacheri señala que le gustó "mucho desde lo actoral", pues Julia Roberts y Nicole Kidman hicieron "un trabajo estupendo".
"Pero argumentalmente me da la sensación de que perdió matices, la adaptación se convirtió en un policial más, despojado de amor, despojado de humor", opina. "Tal vez los latinoamericanos estamos más acostumbrados a la mezcla, a las contradicciones, no sólo en nuestra realidad, sino en las ficciones que inventamos".
Pospandemia y coyuntura
El ganador del Premio Alfaguara de Novela 2016 confesó que cuando surgió la pandemia de covid-19, pensó que "iba a ser un golpe muy duro para los hábitos lectores de las personas", si bien el encierro generó "un regreso interesante del público lector a la lectura".
La situación actual de la literatura latinoamericana "inevitablemente" está relacionada con el "complicado" momento económico que vive toda la región.
"Las condiciones de producción son muy diversas, se produce mucho en literatura, pero estamos en una etapa difícil de que eso que se produce se convierta en lectura", manifestó.
Su novela más reciente, 'Nosotros dos en la tormenta' (2023), está anclada en la Argentina de la década de 1970 antes de la dictadura militar, "cuando algunas organizaciones guerrilleras de jóvenes de clases medias" y "educadas optan por la violencia revolucionaria" para conseguir sus objetivos políticos.
"Es un tema que atraviesa toda nuestra América Latina en algunos países todavía hoy, y creo que esta gran cuestión de cómo dirimir nuestras diferencias, si a partir de métodos institucionales y pacíficos o métodos violentos es un dilema que marca toda nuestra historia", señala.
Aunque "por fortuna", en las últimas décadas Latinoamérica "se ha decantado mucho más por los procedimientos pacíficos", añade.