El Team Chile ya se siente como en casa en París, cada vez más cerca de empezar a competir en los Juegos Olímpicos, con el arquero Andrés Gallardo debutando el jueves en el ranking round de la especialidad. En quienes hay cifradas esperanzas de poder pelear por una buena posición son los primos Esteban y Marco Grimalt, los que ayer tuvieron su primera jornada de entrenamientos en las canchas del Campo de Marte, muy cerca de la Torre Eiffel en el centro de la ciudad.

Ambos entrenaron ayer junto a la dupla canadiense de Samuel Schachter y Dearing Daniel, en un anticipo de lo que será su estreno del domingo ante los noruegos Anders Mol y Christian Sorum a las 15:00 horas.

Sobre cómo se sintieron ayer conociendo las instalaciones, Esteban Grimalt señaló que "fue el primer reconocimiento a las canchas, si bien no era el estadio principal es una arena similar a la que está ahí. Fue un entrenamiento importante, nos costó un poco entrar en ritmo, pero terminamos jugando muy bien, hicimos un set que lo pudimos dominar bien, así que eso nos deja con buenas sensaciones para la semana de preparación y afrontar el inicio del torneo el domingo".

Sobre la convivencia con otros integrantes del Team Chile, añadió que "en la villa (olímpica) está funcionando todo perfecto, el casino, las comidas, el área médica. La convivencia con los compañeros del Team Chile y el resto de los deportistas es algo muy entretenido en un megaevento como este".

Experiencia para 2036

Por otro lado, ayer viajó rumbo a París el ministro del Deporte, Jaime Pizarro, quien señaló que estará presente con dos misiones, ambas pensando en la candidatura que Chile pretende levantar para la justa olímpica del 2036.

"Aprovecharemos de observar de cerca la experiencia francesa en cuanto a la organización de este evento, pensando en nuestra candidatura para ser anfitriones en 2036", comenzó diciendo.

También se reunirá con ministros del deporte de países que han realizado la cita y visitará las sedes modulares que después se sacarán. En ese sentido, explicó que "estamos trabajando seriamente en lo que nos encomendó el Presidente (Boric), y en este momento nos encontramos en la etapa de postulación llamada Diálogos Continuos".

Hugo Catrileo dice que "es un orgullo" llevar su apellido mapuche "a través del deporte por el mundo".

Entre Temuco, capital de La Araucanía, y su natal Puerto Saavedra, hay una distancia de poco más de dos maratones completos. Allí está el mar, su vida, dijo en una entrevista a Efe poco antes de iniciar su periplo a los Juegos Olímpicos de París, con una parada previa en México para ultimar los detalles de su preparación.

"Me crié al lado del lago Budi, el único lago salado de Sudamérica", explicó.

Pero no corre en la arena, "porque los tobillos y las articulaciones sufren mucho, por ser muy blanda, y el talón se hunde demasiado".

Aunque el maratonista de sangre lafkenche no había nacido cuando el gran terremoto de 1960 asoló el sur del país, siempre ha tenido presente que su pueblo sufrió mucho y tuvo que trabajar duro para salir adelante.

Esa herencia, precisó, le "ha ayudado mucho a poder tener más resiliencia, forjar un carácter que es una bendición", expresó.

A ese sentido de lo lógico se aferró para pelear su clasificación a los Juegos Olímpicos, que le correspondía por el criterio de ránking, pero que World Athletics estuvo a punto de arrebatarle al incluir primero a los atletas clasificados según la cuota de universalidad.

"Luchar con personas o instituciones grandes no es que no tenga sentido, pero es muy difícil, tienen mucho poder", argumenta Catrileo, que hizo su reclamo público -al que se unieron otros atletas- tras recurrir al reglamento, que se había estudiado muy bien. "Es lo justo, ni más ni menos".

Tener el control

Catrileo dio esta batalla especialmente por su entrenador. "Estaba más frustrado porque no se respetaban las reglas, pero me sentí muy mal por él. Mi objetivo era llevarlo a los Juegos Olímpicos, es su sueño".

Había elegido clasificar por la ruta del ránking porque "me gusta tener el control".

En lugar de buscar la marca mínima de 2h08:10, buscó sumar puntos en distintas carreras, entre ellas la medalla plata obtenida en los Juegos Panamericanos de Santiago 2023.

"No arriesgo una lesión para hacer una marca de una sola vez y luego no volver a hacerla nunca más. Mi motivación es el progreso a largo plazo y no el premio inmediato", explica. No obstante, en Houston estuvo cerca, con 2h08:44.

"Soy relativamente joven para el maratón, tengo 27 años y deberían quedarme al menos 10 de carrera, no tengo que quemar todo", agregó.

A la búsqueda de la excelencia le da contexto.

"Cuando llegas a las posiciones altas a nivel mundial, que es donde yo quiero estar, te das cuenta de que cuando corres sobre las 2h:10, esos diez segundos por debajo te significan, aparte de 100 metros, una medalla, una beca. Te significa mucho, entonces esa brecha ya la empiezas a cortar en segundos, cosas mínimas".

Catrileo tiene presente que el maratonista chileno Manuel Plaza ganó una medalla de plata en Ámsterdam 1928, pero solo lo menciona de paso, quizá porque dice que "las palabras quedan", cuando trata de explicar por qué no habla del tiempo que quiere marcar en París 2024.

"Mi misión ahora es poder llegar en un mejor estado que en Houston. Si me preguntas, me siento mejor, más fuerte y liviano. Si me siento al nivel de 2h:06 sé que con eso puedo correr con los punteros de la carrera", expuso.

"La leyenda viviente del maratón, el keniano Eliud Kipchoge, corrió en 2 horas y un minuto antes de ir a Tokio 2020 y allí lo hizo en 2h08:38 y ganó el oro, las últimas dos versiones las ha ganado él", manifestó.

Catrileo dice que ningún pensamiento "tan profundo" estará en su mente el próximo 10 de agosto cuando recorra el circuito en París. Por su cabeza pasan solo apuntes técnicos: "Me repito que el ritmo no va rápido, que voy bien. Veo mis rodillas, el final de la calle, estoy realmente en el presente".