El costo del delito en Antofagasta
La sensación de inseguridad se ha convertido en uno de los problemas mayores de la sociedad. La gente está asumiendo ese costo multimillonario.
La seguridad pública y las medidas para garantizarla han dominado el debate público y las agendas gubernamentales en los últimos años. La presencia de bandas transnacionales operando en el territorio nacional, y cometiendo delitos que antes eran raros en nuestro país, ha exacerbado la preocupación pública y ha impulsado una mayor inversión en prevención y seguridad.
Un estudio del sociólogo Andreas Ivanovic del Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Católica del Norte revela datos alarmantes sobre el costo de los delitos en la Región de Antofagasta. Según Ivanovic, el costo total de los delitos en 2023 alcanzó los US$225,8 millones, marcando un incremento del 65% respecto a 2010. Esta cifra no solo subraya un aumento significativo en la criminalidad, sino también una ineficacia en las estrategias de seguridad implementadas hasta ahora.
Lo que resulta particularmente preocupante es que la inversión privada en seguridad ha superado al gasto público. En 2023, el sector privado destinó US$110,8 millones a seguridad, mientras que el gasto público fue de US$79,4 millones. Esta tendencia plantea una pregunta crucial: ¿por qué el Estado no está liderando la inversión en seguridad, dejando a los privados la responsabilidad de proteger sus actividades?
Es imperativo que el Estado asuma un rol más proactivo y eficaz en la seguridad pública. Esto no solo implica aumentar el presupuesto, sino también asegurar que los recursos se utilicen de manera estratégica y coordinada. La distribución eficiente de estos recursos es crucial para enfrentar los delitos que más preocupan a la ciudadanía, como los homicidios y los delitos violentos asociados al crimen organizado.
Este asunto es de vital importancia.