Confianza en la Justicia chilena
Solo mediante un esfuerzo conjunto y un compromiso genuino con la justicia y la equidad podremos reconstruir la confianza en el sistema judicial chileno.
Los resultados de la Primera Encuesta de Evaluación de Confianza en las Instituciones, centrada en el sistema judicial chileno, son un llamado de atención que no podemos ignorar. Con un contundente 83% de chilenos expresando poco o ningún nivel de confianza en las instituciones judiciales del país, se evidencia una brecha significativa entre la sociedad y aquellos encargados de administrar justicia.
Los números no mienten: todas las instituciones evaluadas -Tribunales de Familia, Fiscalía, Defensoría Penal Pública y Tribunales de Justicia- recibieron calificaciones insatisfactorias, con un promedio lamentable de 2,7 para los Tribunales de Justicia. Esta falta de confianza se ve reflejada también en la percepción de la población sobre la influencia de la condición socioeconómica en el proceso judicial, con un preocupante 41% de quienes han acudido a tribunales en los últimos dos años precisando este factor como determinante, destaca el estudio elaborado por la Universidad Gabriela Mistral y Black&White.
Reconstruir la confianza perdida es tan urgente como necesario, por tratarse de un poder del Estado. Esta tarea no solo implica medidas estructurales, como la mejora de los procesos judiciales y la transparencia en la administración de la justicia (materias en las que ha habido notables avances), sino también un esfuerzo por parte de las autoridades para abordar las percepciones de injusticia arraigadas en la sociedad.
Es alentador ver que una parte significativa de la población aún cree en la vía legal para resolver conflictos, con un 42% considerando que concurrir a un tribunal es el camino correcto. Sin embargo, es preocupante que un 17% esté dispuesto a tomar la justicia por su propia mano, lo que subraya la urgencia de restaurar la fe en las instituciones judiciales.
Es esencial que el sistema judicial chileno no solo busque corregir sus deficiencias internas, sino también abordar las percepciones de injusticia arraigadas en la sociedad. Esto implica promover una mayor equidad y acceso a la justicia para todos los ciudadanos, independientemente de cualquier factor.