Se nos viene una emergencia, la temperatura de las ciudades del planeta están aumentando más del doble que el promedio mundial provocadas por las emisiones de CO2, debido a la urbanización y el reemplazo de la vegetación por asfalto, estructuras de hormigón y otras infraestructuras. Tenemos que recuperar en la Región el espíritu de nuestros abuelos que vinieron a conquistar el desierto más árido del mundo, compartiendo con los árboles el agua, a pesar de su escasez. Hoy nos hemos olvidado de seguir habilitando nuestras calles de la aridez del desierto, debiéndose recuperar nuevamente para esta emergencia que se viene.
El 17 de noviembre 2023 la temperatura global superó los dos Grados Celsius por encima de los niveles preindustriales.
Este 2024 en Chile se ha sentido el calor en gran parte de las ciudades de la zona central con temperatura cercana a los 40 grados Celsius y en las ciudades del sur sobrepasaron los 30 grados Celsius.
Los árboles disminuyen la temperatura porque liberan humedad a través de las hojas, un proceso conocido como evapotranspiración y estas también impiden el paso del sol generando sombra, además purifican el aire al absorber CO2 y producir oxígeno, lo que indica que plantar árboles en la ciudad es una herramienta efectiva para reducir los impactos del calentamiento global, resulta difícil, subestimar la importancia de estos seres primigenios para la sobrevivencia de la humanidad, como toda la vida en el planeta.
El 70% de las emisiones de efecto invernadero que provoca el calentamiento global se generan en las ciudades, efecto causado principalmente por su movilidad motorizada.
La temperatura en todo el planeta seguirá aumentando, lo que nos obliga a renaturalizar las ciudades, a generar una alfombra verde en superficie y en altura, con suelos permeables, que nos permitan reducir en unos cuantos grados la temperatura ambiente. Muchas ciudades hace ya varios años reemplazaron en sus zonas centrales el espacio público usados por el automóvil, por zonas peatonales arboladas. En la ciudad de Barcelona, crearon las Súper Manzana, uniendo nueve manzanas de tres por lado, permitiendo solo por su perímetro circulación motorizada y las calles interiores peatonales y arboladas.
Las ciudades de nuestra Región se emplazan en el desierto más árido del mundo, pero la buena noticia, tenemos aguas residuales a cargo de ECONSSA, empresa del Estado y es necesario transformarla para este nuevo rol: "Bajar la temperatura de nuestras ciudades" con una planificación territorial desde el subsuelo integrada a la movilidad activa (que ocupa la energía del cuerpo humano) desarrollar circuitos peatonales y ciclovías con arboladas continuas que entregaran confort y generen biodiversidad y volver a tener la conciencia de nuestros abuelos haciendo vivible las calles de las ciudades del desierto más árido del mundo.