Amelia Carvallo

Los músicos de la longeva banda Congreso están de vuelta a los escenarios con la gira que han denominado "El viaje continúa, 55 años" que los tiene hoy, como septeto, dando vida a su celebrado repertorio que se empina a las 18 placas discográficas de estudio, la más reciente "Luz de flash", que en 2022 les valió un Premio Pulsar como álbum del año.

Congreso parte este 18 de mayo la gira en Temuco, en el Teatro Municipal de la ciudad. En junio, el 7 llegarán al Teatro Biobío de Concepción, el 8 al Teatro Regional del Maule, el 15 lo harán en el Teatro Regional de Rancagua, el 21 en el Teatro Municipal de Antofagasta, el 28 en el Teatro del Lago y retoman el 23 de agosto culminando en el Teatro Caupolicán de Santiago.

Hijos cariñosos de la región que los vio nacer a fines de los 60, Congreso recala en la Quinta Región el 20 de abril para presentarse en el Aula Magna de la Universidad Federico Santa María. El percusionista, baterista, productor musical y miembro fundador de la banda, Sergio "Tilo" González cuenta que con una discografía tan amplia siempre les cuesta elegir el repertorio, pero asegura que repasarán un poco de todos los discos y desliza que "puede haber algún invitado sorpresa".

-¿Cómo son los Congreso en tour?

-Ir a regiones siempre es muy grato, cuando uno sale de su casa siempre tiene otros ojos y muchas de nuestras canciones nacieron estando fuera de casa, en medio de las giras, encontrándonos con la gente y su cariño.

-Dentro del primer repertorio de Congreso destaca "Maestranzas de la noche" basada en el poema de Neruda. ¿Qué fue lo que los imantó a ese texto?

-Esa es una canción muy antigua, fue la primera que grabamos y la hizo mi hermano Fernando, que en ese tiempo estaba con nosotros. Es el lado B de un single, el lado A es un cover, es "El cóndor pasa". Sobre el texto, el sur siempre tiene su magia: las maestranzas, los fierros, el óxido, el musgo y todo eso es muy inspirador, Éramos adolescentes y el texto quizás nos hizo sentir lo mismo que sentía Neruda por su padre. Por cierto, en su tiempo se hicieron todas las consultas a don Pablo y él aceptó que se musicalizara.

-¿Y cómo recuerdas el tiempo en el que nació y se hizo disco "Terra incógnita" y cómo sortearon su difusión?

-Sí, ese disco tiene una historia bastante dolorosa, diría yo, nos trae muchos recuerdos, éramos adolescentes y tuvimos que ser adultos de una. Es un disco que queremos mucho porque nos dio las fuerzas para seguir adelante. Estábamos haciendo canciones y viene ese golpe oscuro para el país (11 de septiembre de 1973), y todo se tiñó de plomo. Y bueno, ahí hay una canción que de alguna manera retrata el momento que estábamos viviendo que es "Vuelta y vuelta", esa que dice "sucede que me canso de reír", un texto bastante reflexivo y doloroso. Ese disco salió editado por el sello London, que no era justamente EMI, donde nosotros grabábamos, porque la EMI no quería tener problemas entonces se hizo una gestión con London.

-En sus conciertos, ¿incluyen temas del disco "Pájaros de arcilla", su álbum menos conocido?

-Sí, "Pájaros de arcilla" es un disco muy buscado hasta hace muy poco porque sólo se había editado en Argentina, donde lo grabamos, en el año 1984. Ahora ya está editado en Chile en vinilo y claro, tocamos algunos temas del disco en los conciertos y seguramente en este tour incluiremos canciones de ese álbum.

-¿Cuánto se afianzó tu oficio de músico y compositor con el disco "Viaje por la cresta del mundo"?

-La mayoría de nuestras canciones al comienzo de nuestra carrera las componía Fernando, mi hermano, con Pancho (Suazo), y claro, en la medida en que yo empecé a estudiar música me empezó la inquietud de componer y donde se nota ya un poco más la mano mía es desde el disco "Viaje por la cresta del mundo". Desde allí hasta ahora la mayoría de los temas son de mi autoría en la música y, por supuesto, con el hermoso texto de Pancho que siempre trabajamos juntos las canciones. Creo que tiene que ver con la inquietud de un adolescente que estudia música y ve que puede empezar a decir cosas a través del arte de la música.

Leer a Leila Guerriero con un cuaderno al lado es una manera de registrar autores de ficción de primera fila. Sin embargo, cuando escribe, la cronista es como los bailadores de danzón que se mueven en un solo ladrillo: el de los hechos documentados.

"No me tienta en absoluto transformar la realidad en ficción. Mientras la realidad sea tan buenita es preferible seguir contándola tal cual y digo buenita en el término de que hay en ella grandes historias", aseguró a Efe la periodista.

La editorial Anagrama publicó a inicios de este año 'La llamada', el nuevo libro de Guerriero. La obra es un retrato de Silvia Labayru, adolescente secuestrada en 1976 con cinco meses de embarazo, torturada, violada y esclavizada por los militares argentinos.

En 430 páginas la periodista documenta la vida de la mujer con los giros de la poesía y de la prosa literaria, pero siempre apegada a la verdad y sin caer en el victimismo. Silvia es abusada, pero es capaz de sacudirse el lodo y de construir una vida bella. "Digamos que la historia es muy cruda, terrible, pero no siento que tenga un espíritu particularmente sangriento", asegura.

Cada cierto tiempo Guerriero diserta en el libro acerca de "las cosas que tuvieron que pasar para que esas cosas pasarán y las cosas que dejaron de pasar porque pasaron esas cosas". No es un trabalenguas, sino una reflexión acerca del azar.

"Hay una fibra latente que recorre el libro que es esta pregunta de qué hubiera pasado si...y me parece que hay una cuota de azar y de misterio medio enloquecedora. A veces la realidad se empeña en ser mejor que la ficción, con lo cual no necesito escribir ficción", dice la periodista, que cree que la clave de su libro estuvo en su curiosidad y en estar abierta a que su entrevistada le contara todo lo que ella quisiera. "Yo lo recibía como un don, porque que alguien te cuente algo tan terrible con pelos y señales quiere decir que confía en vos".