En Chile, la industria minera ha sido durante mucho tiempo el motor de nuestra economía, generando empleo y contribuyendo al desarrollo del país. Sin embargo, para que este sector continúe siendo un pilar para el desarrollo, es crucial encontrar un equilibrio entre la promoción de la actividad minera, la seguridad de quienes trabajan en faenas y la protección del medio ambiente. En este sentido, la reciente modificación del Reglamento de Seguridad Minera y la implementación de la Declaración Minera, destinada a reducir los tiempos de tramitación de permisos, son pasos significativos hacia una minería más eficiente y responsable.

Esta actualización de la Declaración Minera, parte de los compromisos del Gabinete Pro Crecimiento y Empleo, encabezado por el Presidente Gabriel Boric Font, viene a hacerse cargo de un anhelo que las pequeñas mineras tienen desde hace años respecto a facilitar los procesos de creación de proyectos y formalización y regularización de los mismos. Además, representa una oportunidad única para impulsar el desarrollo de este sector y promover la inclusión de las comunidades locales en la actividad. Al reducir la burocracia y simplificar los procedimientos administrativos, se eliminan barreras que durante mucho tiempo tuvieron a cientos de personas sin poder convertir el mineral que los rodea en el sustento familiar.

Sin embargo, la importancia de esta medida va más allá de la promoción del desarrollo económico de este segmento del sector minero, que representa al 90% de las faenas productivas. Al fomentar la formalización de la pequeña minería, se abre la puerta a una mayor supervisión y control por parte de las autoridades, lo que se traduce en una mejora significativa en los estándares de seguridad y en la protección del medio ambiente. Esto no solo beneficia a los trabajadores, sino que también contribuye a robustecer aún más la imagen de la industria minera ante la sociedad en su conjunto.

Lo anterior se complementará con las 20 medidas propuestas en el marco del Royalty Minero, destinadas a reducir los tiempos de tramitación de permisos en minería. Esto permitirá agilizar los procesos administrativos asociados a la obtención de permisos y autorizaciones para la exploración y explotación de proyectos mineros, contribuyendo a dinamizar la actividad económica del país.

La creación de la plataforma de la Declaración Minera fue realizada por profesionales de Sernageomin, lo que representó un reto en el marco de la modernización del Estado, ya que se hizo más eficiente y se digitalizó todo el proceso, tanto interna como externamente. Estas medidas buscan agilizar los procesos administrativos sin comprometer la integridad ni la seguridad de las operaciones. Desde Sernageomin velarán por el cumplimiento de los más altos estándares en materia de seguridad, garantizando el desarrollo de la industria de manera responsable y sostenible.

Invitamos a los pequeños mineros y mineras a utilizar esta plataforma y a apoyarse en Sernageomin para recibir ayuda. Como Gobierno continuaremos trabajando con todas las partes interesadas para asegurar que estas iniciativas se implementen de manera efectiva y contribuyan al desarrollo del país.

Una y otra vez escuchamos que nuestra región, el país y el mundo viven una crisis de confianza. Encuestas y estudios dan cuenta que las personas desconfían de las instituciones tradicionales, pero también de quienes les rodean, incluso de sus familias.

El problema parece propio del actual momento social, caracterizado por un potente individualismo y donde el valor del triunfo, el esfuerzo individual, la competencia y una importante dosis de ego, son el caldo de cultivo para alimentar este fenómeno.

De más está decir que se trata de una cuestión altamente nociva para cualquier organización. Los seres humanos hemos conquistado el planeta a base de enormes hazañas que tampoco son tantas: lenguaje, coordinación y capacidad de creer en mitos, son algunas de las más relevantes.

Usted confía que si cruza el semáforo en verde, quien está por la otra calle respetará la señal roja; está tranquilo porque sus hijos están siendo educados en el colegio y no aleccionados políticamente; da por descontado -si es una persona religiosa- que Dios existe y es el creador de todo; o que la panadería tendrá productos de calidad y sanos y que los esposos no se engañarán en relaciones paralelas.

La confianza es una de las bases sobre la cual se desarrolla nuestra capacidad individual y lo que tejemos con otros colectivamente. Familias, ciudades, regiones, países, la humanidad, su desarrollo y funcionamiento tienen aquí, en estas coordinaciones de prácticas recurrentes y acciones puntuales, el saber que todos harán lo que deben hacer, actuando de buena fe, de acuerdo a las reglas que, como sociedad nos hemos dado. Por eso es tan difícil recuperarla.

La confianza no aparecerá por el mero acto de llamarla o tener la voluntad de ejercerla. Y eso es lo complejo de la crisis. Si no recuperamos la temperatura que permita crear futuro, solo agudizaremos la incapacidad de vernos enlodados por un presente donde cada vez menos gente confía en el otro.