Israel anunció ayer la elaboración de un plan para ampliar su ofensiva militar a Rafah, en el extremo meridional de la Franja de Gaza fronterizo con Egipto, donde viven desplazados más de un millón de gazatíes; aunque asegura que el despliegue incluirá la evacuación previa de civiles.
"Es imposible lograr el objetivo de la guerra de eliminar a Hamás y dejar cuatro batallones en Rafah", indica un comunicado de la Oficina del Primer Ministro de Israel.
Netanyahu ordenó a las Fuerzas de Defensa de Israel y al estamento de Defensa que presente al gabinete un "plan dual, tanto para la evacuación de la población como para la disolución de los batallones".
"Está claro que una operación masiva en Rafah requiere la evacuación de la población civil de las zonas de combate", señaló la nota oficial.
Los ataques israelíes contra Rafah, donde sobreviven hacinados 1,3 millones de palestinos -cinco veces su población habitual-, han aumentado en los últimos días y con ello el temor a una ofensiva terrestre del Ejército israelí en esta zona, una opción que cobra una nueva dimensión tras el anuncio israelí.
Al menos nueve personas murieron el jueves por la noche en Gaza en dos ataques aéreos que se enmarcan en la ofensiva del Ejército israelí contra el enclave palestino, donde ya han fallecido cerca de 28.000 personas y unas 67.500 han resultado heridas en cuatro meses de guerra.
Los cadáveres de cuatro hombres, tres niños y dos mujeres fueron trasladados al hospital Abu Yousef al Nayar, en Rafah; y los bombardeos aéreos tuvieron como objetivo dos viviendas residenciales en la zona de Tal al Sultan y en Jerbet al Adas.
Preocupación Global
Tanto la ONU como EEUU han expresado su preocupación ante una posible expansión de la ofensiva terrestre del Ejército israelí a Rafah, último refugio para más de un millón de gazatíes que llevan cuatro meses huyendo de los combates.
El secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, de visita en Israel esta semana, aseveró que los ataques de Hamás del 7 de octubre "no son una licencia para Israel para deshumanizar a otros" (civiles gazatíes); mientras que el Departamento de Estado advirtió ayer de que una operación militar en Rafah sin la adecuada planificación para evacuar civiles sería "un desastre".
"No apoyaríamos algo así sin una planificación seria y creíble sobre el más de un millón de personas que se refugian allí", indicó ayer el vocero adjunto del Departamento de Estado, Vedant Patel.
Por su parte, la ONU advirtió que los bombardeos indiscriminados en zonas densamente pobladas puede constituir un crimen de guerra. "La intensificación de las hostilidades en Rafah, en estas circunstancias podría provocar la pérdida a gran escala de vidas de civiles", declaró esta semana Jens Laerke, vocero de la Oficina de Coordinación de Ayuda Humanitaria de la ONU.
¿Dónde evacuar?
Previo a su ofensiva terrestre en la Franja a finales de octubre, Israel ordenó la evacuación de más de un millón de gazatíes que vivían en la mitad norte del enclave, y muchos de ellos acudieron a refugiarse a Rafah, en el extremo sur.
Cuando las operaciones militares avanzaron en diciembre hacia Jan Yunis, bastión de Hamás en el sur, miles de personas que se habían trasladado a esa ciudad huyeron también a Rafah, aumentando la presión sobre esa pequeña ciudad que hoy da cobijo a más de la mitad de la población total del enclave palestino.
Una nueva evacuación del más de millón de personas que viven en Rafah plantea la incógnita de dónde serán evacuados, ya que el presidente egipcio, Abdel Fatah al Sisi, se ha negado a abrir la frontera, y un retorno al norte de los gazatíes es complicado, pues más del 70% de las casas están destruidas o dañadas.
El ministro de Defensa, Yoav Gallant, ya había sugerido varias veces en la última semana que Israel avanzaría hacia Rafah cuando terminara sus operaciones en Jan Yunis.
La posibilidad de que Israel se adentrara en Rafah parecía lejana mientras se negociaba esta semana una tregua para liberar rehenes y presos palestinos, pero las conversaciones están estancadas, ya que Hamás exige un cese definitivo de las hostilidades y la retirada de las tropas, a lo que Netanyahu se opone rotundamente.