Estrella de la pantalla chica, protagonista de suntuosos musicales e inexcusable presencia en las portadas de las revistas argentinas, la multifacética Susana Giménez cumplió ayer 80 años.

Giménez comenzó en el mundo del espectáculo muy joven, a mediados de la década de 1970, cuando acababa de graduarse como profesora en Buenos Aires, su ciudad natal.

Pronto comenzó a posar como modelo para las principales portadas argentinas. Su larga melena y desparpajo la catapultaron a la fama en su país, pero fue un anuncio televisivo el que la convirtió en icono en Latinoamérica: en 1969, puso su rostro y su cuerpo al servicio de jabón Cadum, anuncio en que aparecía desnuda, una verdadera revolución en su tiempo.

Para entonces, "Su" había actuado en películas que pasaron sin pena ni gloria por las taquillas argentinas, pero su fama en la publicidad la condujo a la televisión, donde participó en exitosos programas de variedades y en series muy populares.

Ya en 1974, Giménez tuvo su primera y única aparición en un film dramático, "La Mary", un tórrido melodrama que coprotagonizó con el entonces campeón mundial de boxeo Carlos Monzón. Ambos se enamoraron durante el rodaje e iniciaron una mediática y tormentosa relación.

"Fue una gran pasión, un gran amor, una locura", reconocería más adelante Giménez. Pero el idilio terminó en 1979, cuando la actriz no pudo soportar los cambios de humor del boxeador y su adicción al juego y al alcohol.

En los años 80, en plena dictadura militar argentina, apareció en varias comedias eróticas junto a la artista Moria Casán, el cantante Sandro o el humorista Alberto Olmedo.

Los teatros de Buenos Aires fueron el hábitat natural de la diva. Era la principal dama del escenario y las revistas musicales en la avenida Corrientes, epicentro del espectáculo porteño. Y cuando no aparecía en las tablas rodeada de bailarines posaba desnuda en la edición argentina de Playboy.

Era cuestión de tiempo para que las cadenas televisivas encontrasen en Giménez a su "reina del prime time".

"Hola, Susana", posteriormente conocido como "Susana Giménez (SG)", inició su recorrido en la televisión pública en 1987, pero fue en el canal privado Telefé donde se popularizó enormemente con una mezcla de espacios de humor y entrevistas con celebridades, como Alain Delon, Justin Bieber, Luis Miguel o Julio Iglesias. Y saturó las líneas telefónicas conversando con los televidentes hasta el cierre en 2019 del programa que tuvo audiencias nunca antes vistas y recibió más de 30 millones de cartas de toda Latinoamérica.

En 2020, retirada de los focos y en plena pandemia de covid-19, estableció su residencia en Uruguay, donde ofreció el sábado su última función teatral en ese país.

Efe

El cine puede ser "un muy buen punto de partida" para avanzar en la integración social de los grupos minoritarios, algo para lo que aún queda un largo camino, dice la actriz mexicana Yalitza Aparicio, quien reivindica el derecho a soñar y a luchar por que los sueños se cumplan.

Esta activista por los derechos humanos conoce perfectamente la problemática de las minorías: es de origen mixteco, fue la primera mujer indígena en ser nominada al Oscar a mejor actriz por su papel de trabajadora doméstica en "Roma" (2018), de Alfonso Cuarón, y desde hace años es embajadora de buena voluntad de la Unesco para los pueblos originarios.

"Ser indígena te pone dos barreras: aparte de que tienes el problema social donde te han encasillado, donde te limitan y te dicen que tú solo perteneces a cierto tipo de trabajo, tienes también una guerra con tu propia seguridad, '¿debo o no debo?', '¿y si tienen razón y me tengo que quedar simplemente ahí?'", dice Aparicio a Efe.

Los límites se los pone uno mismo y también la sociedad con mensajes subliminales. "Es un conjunto de todo porque tú no te permites soñar algo que no te muestran, ves modelos repetitivos de cómo deberías ser y cuando te ves al espejo dices 'no, cómo lograría tener ese color de piel, esos ojos, ese cabello... no lo voy a poder a hacer e, inconscientemente, te vas mentalizando en que no es un mundo para ti, es un mundo totalmente ajeno", comenta.

Por ello subraya la importancia de permitirse soñar, luchar por los sueños y confiar en que pueden alcanzarse. Algo de lo que ella es ejemplo, aunque reconoce que también tuvo limites a la hora de imaginar qué quería porque "siempre necesitas ver un modelo a seguir" y en la televisión, el cine "nadie se parecía a nosotros".

Cine y diversidad

"La diversidad en el cine no está muy representada, aún nos encontramos limitados en esa parte. Muchos compañeros actores me dicen 'me siguen encasillando, me siguen ofreciendo el mismo personaje en diferentes proyectos'", señala Yalitza.

Por eso, agrega, "estamos trabajando para salir del encasillamiento, para poder decir a la gente subliminalmente que puede tener muchos roles en la vida, que no estás limitado a algo por tu apariencia física".

La intérprete opina que el cine tiene un importante papel que jugar para avanzar en el camino de la integración y aboga por contar también la historia de mujeres indígenas que son grandes doctoras, abogadas, maestras, científicas, líderes de empresa... y que debieron recorrer un largo camino para llegar donde están.

En el caso de la mujer indígena el esfuerzo es doble, "buscas por tu equidad de género que te den lo justo y luchas porque muchas veces la sociedad cree que por ser indígena eres menos capaz", eres ignorante y vas a aceptar todo. La misma Aparicio tuvo que enfrentarse a la sorpresa de los otros cuando se enteraban de que tenía preparación académica y era educadora infantil.

Yalitza siempre quiso que sus alumnos lucharan por sus sueños y subraya el importante papel de la educación: "Cuando contamos con esta herramienta, podemos tener más oportunidades, te pone firme ante tus decisiones".

Aunque reconoce que todavía queda mucho camino para la integración (no solo de los indígenas, también de las personas con discapacidad o el colectivo LGTBI, entre otros grupos), Yalitza se muestra optimista: "Vamos avanzando poco a poco. Malo sería no haber hablado del tema o continuar estancados en donde estábamos. Ojalá seamos más los que nos unamos a esto".