La Cámara de Diputados aprobó y despachó ayer el veto del Gobierno a la Ley de Usurpaciones, con lo que el cuerpo legal que incluye 14 indicaciones del Ejecutivo quedó listo para su promulgación por parte del Presidente Gabriel Boric.
Estas observaciones fueron presentadas por La Moneda luego de que se aprobara originalmente la ley que fue calificada como negativa por la ministra del Interior, Carolina Tohá, quien cuestionó que se visara la legítima defensa privilegiada o la obligación de imponer penas de cárcel a quienes usurparan terrenos sin importar si la acción se hacía de forma no violenta.
Tras el veto se excluyó la figura de la legítima defensa privilegiada y las sanciones dependerán de la gravedad del delito: las penas llegan hasta cinco años por usurpaciones violentas; hasta tres por usurpaciones con daño sobre las cosas y hasta 541 días o multa por usurpaciones sin violencia, según decida el juez.
Debate álgido
No fue una discusión sencilla en la Cámara Baja luego de que las disposiciones fueran aprobadas en el Senado. De hecho finalmente los diputados de oposición se dividieron, lo que se evidenció al momento de argumentar antes de la votación.
Henry Leal (UDI) dijo que "espero que ningún parlamentario de derecha vote con el Gobierno, sería impresentable e inconcebible para nuestro electorado. Con mi voto y con los votos de la UDI ese triunfo no lo va a tener el Gobierno".
Esto fue cuestionado por José Carlos Meza (Republicanos): "A quienes quieren parecerse a los Republicanos: no se conviertan en una versión Fruna de los Republicanos, porque cuando se trata de la seguridad de los chilenos nunca hemos negado el apoyo a las víctimas. Los gustitos políticos no están para estos proyectos".
Mientras que Francisco Undurraga expuso que "desde Evópoli vamos a apoyar el veto. Creemos que es el mal menor".
Finalmente RN y la UDI votaron en bloque contra el veto, mientras que Evópoli y parte del PDG y Republicanos lo aprobaron. Ante ello el diputado Andrés Longton (RN) afirmó que "el Partido Republicano votó a favor de un veto diseñado por el Partido Comunista y el Frente Amplio para que las usurpaciones se mantengan en la impunidad".
Oficialismo dividido
No solo la oposición votó dividida; en el oficialismo se descolgaron también algunos legisladores del Partido Socialista, el Frente Amplio y el Partido Comunista.
Ante ello la ministra Secretaria General de Gobierno, Camila Vallejo, dijo que "hubo avances, hubo cambios de posición y otras aprensiones que, lamentablemente, quedaron hasta el final, pero que en el saldo final nos arrojan un resultado positivo. Yo lamento que se hayan mantenido esas aprehensiones porque las indicaciones o el veto del Gobierno estaba debidamente fundamentado".
"Nos hubiera gustado contar con todos los votos a favor de todos los parlamentarios, incluyendo la bancada del Partido Comunista, es cierto, pero esto es parte de la democracia y lo importante es que avanzamos en la conversación y avanzamos en las posiciones gracias al esfuerzo el trabajo de los equipos de Gobierno y también a la disposición de las bancadas", añadió la vocera.
La ministra del Interior, Carolina Tohá, cabeza de las negociaciones por parte del Ejecutivo, valoró que "creemos que esto va a permitir que la Ley de Usurpaciones reformada, después de todo este esfuerzo legislativo, sea una ley que dé mayores garantías de efectividad para reponer el derecho de quienes son víctimas de este delito, dé herramientas efectivas para que las policías reaccionen cuando este delito se comete, y que, al mismo tiempo, las sanciones que se aplican sean proporcionadas a las distintas expresiones que este tipo de delito tiene".
RN y UDI ingresan nuevo proyecto
Apenas terminó la sesión en que se aprobó el veto, parlamentarios de RN y la UDI ingresó un nuevo proyecto para reponer las penas de cárcel a quienes protagonicen "tomas no violentas". En una declaración conjunta, legisladores de ambos partidos criticaron duramente el apoyo de Republicanos a las indicaciones y afirmaron que "no estamos dispuestos a quedarnos tranquilos con las migajas del Gobierno en lo que fue una verdadera extorsión al Parlamento".