A 50 años de la muerte de Elizabeth Cabrera, una de las primeras víctimas del golpe militar en Antofagasta
CONMEMORACIÓN. La joven funcionaria de la entonces Universidad del Norte fue abatida junto a su pareja y otro joven el sábado 15 de septiembre de 1973, camino a Cerro Moreno.
La mañana del jueves 13 de septiembre de 1973, Mirian Gutiérrez Alfaro y Elizabeth Cabrera Balarriz, ambas funcionarias del departamento de Bienestar de la entonces Universidad del Norte (actual UCN) se reunieron en la entrada del recinto. Pese al golpe de Estado -ocurrido tres días antes- los trabajadores igual asistían a sus labores, que cesaban poco antes del mediodía por el toque de queda.
Las mujeres temían por el destino de algunos alumnos de la universidad cuyas fotografías fueron estampadas en diversos puntos de Antofagasta por parte de los militares, con el objetivo de ubicarlos.
Hasta el día de hoy Mirian recuerda la breve conversación que sostuvo con su compañera esa mañana. "Elizabeth me pregunta dentro de su inocencia 'Mirian, ¿has visto a los chiquillos que andan buscando? Le respondí que no. Me dijo 'diles que no se escondan, que se presenten (ante los militares). No tienen nada que ocultar".
Luego de este diálogo las amigas se despidieron bajo promesa de que, si algo malo le ocurría a una, la que siguiera con vida se encargaría del hijo de la otra, ya que ambas eran madres.
Elizabeth, de 23 años, sería ejecutada dos días después junto a su pareja Nenad Teodorovic Sertic (24) y Luis Muñoz Bravo (28). Todos ellos militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR).
Placa
La semana pasada la Universidad Católica del Norte descubrió una placa en honor a Elizabeth en conmemoración de los 50 años del golpe de Estado. Entre los asistentes estuvo Mirian Gutiérrez, quien hasta el día de hoy recuerda con entrañable emotividad a su joven amiga.
"Elizabeth, que era asistente social, llega a la universidad en 1970 y al poco tiempo la nombran jefa del Departamento de Bienestar, cargo que ocupó hasta el penúltimo día de su vida. Ella tuvo una presencia muy positiva y creativa durante su gestión. Con su pareja arrendaba una casa en la población Playa Blanca. Como vivían cerca de la universidad, recuerdo que las veces que iba a su hogar siempre había estudiantes de la Norte que almorzaban ahí, que eran por lo general jóvenes que no les alcanzaba para comer en esas jornadas".
La asistente social contrajo matrimonio en noviembre de 1971 con el estudiante de Periodismo de la misma universidad, Nenad Teodorovic Sertic, de cuya relación nacería un hijo apenas un año después.
A modo de anécdota, Mirian recuerda que en una ocasión donde se juntó una agrupación de familiares de víctimas de la Dictadura, mostró una foto de Elizabeth a un grupo de exestudiantes de la universidad y preguntó si alguien la conocía. "Uno de ellos responde que sí, y que fue precisamente por mí, ya que necesitaba un préstamo para poder casarse y al preguntarme, yo lo derivé con Elizabeth y ella consiguió el préstamo para su matrimonio. Eso habla de la calidad humana de esta mujer, pues ninguna institución te va a gestionar un préstamo para que te cases", cuenta Mirian.
Ejecución
Elizabeth es detenida entre los días 14 y 15 de septiembre de 1973, y junto a su pareja y un tercer amigo son todos enviados a bordo de un camión hasta la base militar de Cerro Moreno, en la salida norte de Antofagasta.
Según constató el Informe Rettig "conforme al comunicado oficial de ese entonces, las víctimas fueron ultimadas por personal militar cuando eran trasladadas: 'el hecho se produjo a las 20:30 horas cuando eran conducidos en un vehículo que sufrió un desperfecto eléctrico. El vehículo se detuvo, lo que fue aprovechado por los detenidos para huir en medio de la oscuridad', hecho que motivó sus ejecuciones".
Los nombres de las tres víctimas fueron leídas en un bando a través de la radio, información que escuchó Mirian desde su casa el domingo 15 de septiembre.
"No lo quería creer porque dijeron mal sus nombres, pero en el fondo presentí que sí eran ellos. El lunes me confirman la noticia de que efectivamente los habían asesinado y rompí a llorar a gritos. Tuvieron que hacerme callar, pues temían que mi reacción llamara la atención de los militares", recuerda la mujer.
Los cuerpos fueron sepultados en nichos apenas identificados con tiza en el Cementerio Municipal y a principios de los 90 los restos fueron exhumados para ser sometidos a peritajes de identificación en Santiago, sin saberse ahora de sus paraderos. El pequeño hijo de Elizabeth vino a ser recogido por su abuela materna, quien se lo llevó a Concepción.
"La dulzura de sus gestos, de su tono de voz, su capacidad para escuchar al otro no empequeñecía su firme carácter. No era una tipa blandengue, pero tenía un gran corazón", rememora Mirian frente a la placa que recuerda hoy a su amiga.
"Elizabeth llega a la universidad en 1970 y al poco tiempo la nombran jefa del Departamento de Bienestar, cargo que ocupó hasta el penúltimo día de su vida".
Mirian Gutiérrez