El 26 de julio, día en el que se celebra el Día del Abuelo, quiero invitarlos a reflexionar sobre el significado de ser abuelo y las ideas asociadas a la figura de los abuelos. Podemos abordar desde contextos positivos, donde los abuelos son valiosos miembros de las familias, personas que comparten su sabiduría y experiencias, y una figura clave en el cuidado de los más pequeños; hasta acepciones negativas, que minimizan las capacidades e independencia de los adultos mayores.
Es vital comprender el rol de los abuelos, tanto en el núcleo familiar, como individuos en la sociedad, y las situaciones que las personas viven en esta etapa de la vida. Si bien hay personas mayores que son independientes, hay otras para las que las tareas cotidianas pueden resultar un desafío, como subir escaleras o usar el transporte público.
Llegamos a la tercera edad con sabiduría y experiencia, pero también enfrentamos a nivel físico algunas cosas que antes no nos pasaban. Una de esas es la incontinencia, una condición que afecta la calidad de vida y autoestima de las personas mayores. Es un tema que tiene un impacto significativo en el día a día de quienes la experimentan, y que lleva a las personas a alejarse de la vida social y de otras actividades que los mantienen activos, principalmente por vergüenza. Es aquí donde las familias juegan un papel fundamental para sus abuelos.
Hoy existen distintas soluciones pensadas para las personas que sufren de incontinencia, las que les entregan discreción y les permiten seguir adelante con sus actividades diarias y no poner en juego su calidad de vida. Esto, sumado al apoyo que sientan por parte de sus familiares, que estos se involucren, que los incluyan en las actividades, que confíen en ellos, que los apoyen en su autonomía y los alejen de la sensación de sentirse aislados, les da seguridad e influye positivamente en su salud mental.
Según el Instituto Nacional de Estadística, el porcentaje de personas mayores de 60 años ha aumentado de 9.5% en 1992 al 18.1% en la actualidad, y se espera que esta cifra llegue al 32.1% para el año 2050. Para esa fecha, tanto yo como muchas de las personas que están leyendo esto ya estaremos en esa etapa de la vida; si no comenzamos hoy a incluir a los adultos mayores, sus preocupaciones y las problemáticas a las que se enfrentan, a educar en ciertas patologías que es normal que comiencen a padecer, estaremos contribuyendo a una sociedad poco preparada para enfrentar en el envejecimiento de la población, del que pronto seremos parte. Es esencial empezar a actuar en la construcción de una sociedad más inclusiva y solidaria, tanto para nuestros abuelos hoy como para nosotros mismos en un futuro.