Uno de los hechos importante, acaecido en la historia reciente de la humanidad, aconteció un 14 de julio de 1789. La toma de la Bastilla en París, significó el derrumbe de una fortaleza hecha prisión. El asalto, no sólo derribó una fortaleza de más de cuatrocientos años, sino, resulta en una de las revoluciones que catapulta para siempre, toda una edad de siglos, los diferentes sistemas imperantes, se derrumban junto con la Bastilla.
El sistema de gobierno, religioso, económico, cultural, jurídico, social…todo queda atrás. En los últimos años monárquicos Jacques Necker, un banquero de origen suizo, de gran riqueza, sirvió en los últimos años de gobierno del rey Luis XVI. Como ministro de finanzas del estado francés, jugó un rol fundamental en el desencadenante futuro que cambió el inimaginable rumbo de la historia. De religión protestante, defendió en su tiempo, la moral cristiana. como una urgencia social; como una moral que sobrepasa cualquiera otra, que produce cambios, que lleva a la transformación, justicia y paz a las naciones. Desde la caída de la Bastilla, han trascurrido algo más de dos siglos.
En ese entonces cayeron muros centenarios, sin embargo, el muro del corazón humano continúa alimentándose de las artimañas del error. En la actualidad, sin duda que la moral de la sociedad continúa en caída libre, el engaño, la mentira, el delito, la corrupción y un etcétera tan grande como la incredulidad, se ha erigido en el mundo como una nueva Bastilla.
La responsabilidad que tenemos como Iglesia, no es menor, Necker la denominó: moral cristiana. Pero, es una moral que va más allá de normas conductuales, involucra la integridad del cuerpo, alma y espíritu de cada ser humano, es una integridad personal, familiar, de pueblo, de nación, cuyo alcance, es más amplio que una religión. Integra el modo de vivir, de gobernar, de educar, de legar a las generaciones un vivir en justicia, a caminar con Dios Padre, Hijo y Espíritu santo.
El Apóstol Pablo escribe a la iglesia en Éfeso: "… no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error,", "Yo soy el camino, la verdad y la vida" nos viene diciendo Cristo desde hace ya dos mil años. Somos la Iglesia del Dios vivo, si hay ausencia de Cristo en las naciones, significa que hay ausencia de Iglesia, y esto no quiero pensar que significa. Sigamos el consejo de Dios en cada mañana, pues en cada mañana, Él renueva sus misericordias. Busquémoslo en esa misericordia pidiendo su dirección y guía, orando por ejemplo las palabras de Job: "El cual hace cosas grandes e inescrutables, Y maravillas sin número…Que frustra los pensamientos de los astutos, Para que sus manos no hagan nada;"