América Latina y el Caribe, en el "círculo vicioso" de la crisis climática, alerta la ONU
CALENTAMIENTO. Nuevo informe destaca megasequía de 14 años e incendios en Chile.
Agencias
Las sequías, los ciclones, el deshielo de glaciares y los incendios forestales se están agravando en América Latina y el Caribe, atizando un "circulo vicioso" que acelera el calentamiento global en una zona especialmente vulnerable a la crisis climática, alertó la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
El ente, parte de la Organización de Naciones Unidas (ONU), presentó en La Habana su informe "El estado del clima en América Latina y el Caribe", en el que destaca que "los fenómenos meteorológicos extremos y los choques climáticos se están agravando" en la región.
Esto está acelerando "la tendencia al calentamiento a largo plazo y el aumento de nivel del mar". Según los registros de la OMM, las temperaturas han aumentado en la región un promedio de 0,2 grados centígrados por década en los últimos 30 años, la mayor tasa constatada a nivel global.
Según la OMM, la crisis climática (y también el fenómeno de La niña) está azuzando sequías prolongadas -que conllevan un descenso de la producción hidroeléctrica y un aumento del uso de combustibles fósiles, peores cosechas e incendios forestales "sin precedentes"-, el deshielo de los glaciares de la región, y los ciclones y las lluvias torrenciales -que provocan inundaciones con graves daños personales y materiales.
Además, "el creciente aumento del nivel del mar y el calentamiento de los océanos plantean riesgos cada vez mayores para los medios de subsistencia, los ecosistemas y las economías de las zonas litorales", afirma en un comunicado el secretario general de la OMM, Petteri Taalas.
El informe "pone de relieve el círculo vicioso de los crecientes impactos sobre los países y las comunidades locales" del calentamiento global, argumenta la OMM.
Casi 80 peligros en 2022
Esta organización registró el año pasado "78 peligros meteorológicos, hidrológicos y climáticos" en América Latina y el Caribe. Se trató principalmente de tormentas e inundaciones, pero también se produjeron huracanes, sequías e incendios forestales que dejaron al menos 1.153 víctimas mortales documentadas y daños económicos por valor al menos 9.000 millones de dólares.
El informe destaca los daños causados en 2022 por los huracanes Iona, Lisa e Ian, las lluvias en la brasileña Petropolis (con 230 muertes), la sequía en la cuenca del Paraná-Plata (la peor desde 1944), la megasequía de 14 años en Chile y los incendios forestales en Argentina, Paraguay, Bolivia y Chile (con las emisiones de CO2 que generan).
Según la OMM, latinoamericanos y caribeños deben ser más conscientes de los riesgos vinculados al clima y los Gobiernos de la región deben tomar medidas para que "los sistemas de alerta temprana se fortalezcan y lleguen a las comunidades que más los necesitan", ya que ahora sólo cubren a menos de dos tercios de la población.
Tres áreas críticas
Esta agencia especializada de la ONU propone ante esta situación incidir en "las principales esferas prioritarias" de la adaptación a la crisis climática y la mitigación de sus efectos: la agricultura, la seguridad alimentaria y la energía (con especial énfasis en la expansión de las renovables).
"Existe la posibilidad de aprovechar los recursos solares y eólicos de la región, que en 2020 representaban solamente el 16% de la generación total de energías renovables", y en su mayoría provienen de la hidroeléctrica, apunta el informe.
En cuanto a la seguridad alimentaria, el documento advierte que América Latina y el Caribe desempeñan "un papel fundamental en la producción de alimentos" por contar con alrededor del 8% de su población "subalimentada" y exportar parte de su producción agrícola y ganadera al extranjero.
Asimismo, el informe destaca que la región es "muy vulnerable a los riesgos climáticos" ya que cerca de tres cuartas partes de su población, estimada en cerca de 700 millones de personas, vive en "asentamientos urbanos informales".