China y Perú, desafío a los puertos chilenos
Megaterminal al norte de Callao está destinado a convertirse en el gran centro de transferencia de carga del Pacífico. La inversión de capitales del gigante asiático llega a US$ 3.600 millones, controlando así el 60% de la propiedad del terminal que comenzará a operar el próximo año.
Un reportaje publicado por el diario La Tercera revela nuevos detalles del impactante proyecto portuario que se desarrolla en Perú, en Chancay, al norte de Callao. En septiembre pasado Geiner Alvarado, ministro de Transporte y Telecomunicaciones del vecino país, declaró que ese terminal convertirá al Perú "en el primer centro logístico del Pacífico de Latinoamérica, lo que dinamizará la economía, impulsará las exportaciones y generará nuevas oportunidades comerciales". Por su parte, el embajador chino en Lima, Song Yang, afirma que "el puerto de Chancay se convertirá en un hub integrado de transporte marítimo en América Latina" y reafirma la idea de convertirlo "en el centro logístico más importante de la costa del Pacífico". La inversión llega a US$3.600 millones. Cosco participa también en la propiedad del puerto alemán de Hamburgo y compró además el 51% de El Pireo, principal puerto griego. Chancay, que comenzaría a operar el próximo año, será un megapuerto que podrá atender a las mayores naves de carga que circulan por los mares. Oficialmente, el Gobierno de Lima declara el propósito de convertir al nuevo terminal en un "hub que redistribuirá la carga de Chile, Ecuador y Colombia", es decir, un punto que concentraría flujos de entrada y salida del comercio exterior de esos países. Así, los puertos nacionales se convertirían tributarios del gran terminal con su capacidad para grandes naves de nueva generación, que retomarían nuestra carga para transportarla hasta sus destinos finales. Esta amenaza ha sido advertida, pero el desarrollo portuario aparece frenado y se mantiene en la etapa de estudios y debates. Ahí están el eterno Terminal Dos de Valparaíso y el Puerto a Gran Escala en San Antonio. Todo ello cuando, justamente, el futuro del comercio internacional está en la cuenca del Pacífico, materia en la cual los terminales portuarios son puntos clave. ¿Cuál será la respuesta ante este inquietante desafío?