Potenciando la riqueza patrimonial de la región
Osvaldo Villalobos Corante , Director de Admisión y Comunicaciones de Inacap Sede Calama, Pedro Barrios Castillo, Seremi de Obras Públicas
Durante este 27 y 28 de mayo, todo Chile celebra el Día Nacional del Patrimonio, ocasión donde la historia abre las puertas a la comunidad, a través de sus sitios históricos y zonas típicas, para dar testimonio de su crecimiento, para el desarrollo de las generaciones futuras.
Pero no todos los días nuestra infraestructura patrimonial goza de tal reconocimiento. De hecho, la última edición de la Encuesta Regional Barómetro: Patrimonio y Ciudad, elaborada por el Instituto de Políticas Públicas (IPP) de la UCN, en conjunto con la empresa Feedback Research, evidenció un aumento en la insatisfacción con el desarrollo urbano y un bajo interés por integrar a los espacios urbanos los edificios históricos para el uso de la comunidad de Antofagasta.
Como Ministerio de Obras Públicas, a través de la Dirección de Arquitectura, trabajamos día a día en potenciar la infraestructura patrimonial de la Región de Antofagasta y realzar su valor histórico, además de generar instancias que permitan un mayor sentido de pertenencia de estas obras con la comunidad y asegurar su permanencia en el tiempo.
Para este 2023, a través del Programa Puesta en Valor del Patrimonio (PVP), iniciativa mancomunada con la Subdere y el Banco Interamericano del Desarrollo, nos encontramos desarrollando una cartera de proyectos patrimoniales por sobre los $10 mil millones que ayudarán a restaurar una parte de este legado, como lo es la Basílica Corazón de María de Antofagasta, Museo Municipal de Mejillones, el Teatro Alhambra de Taltal, el Teatro Pedro de la Barra de Antofagasta, entre otros monumentos históricos.
Esperamos para el próximo Día Nacional del Patrimonio ser testigos de cómo, por ejemplo, el Museo Comunal de Mejillones reciba a la comunidad a través de su nuevo programa de museografía, o en 2025, poder disfrutar de una obra de teatro en el Pedro de la Barra. Mientras tanto, sigamos cuidando estas obras de arte que nos son propias.
Las redes sociales se han convertido en una parte integral de nuestras vidas, proporcionándonos una plataforma para comunicarnos, compartir información y conectarnos con otros. Sin embargo, esta inmediatez que caracteriza a las redes sociales ha dado lugar a una cultura de respuestas rápidas, donde la premisa principal parece ser responder lo más rápido posible. En esta columna, exploraremos la importancia de diferenciar entre responder rápidamente y responder correctamente en el contexto de las redes sociales.
En la era de las redes sociales, la velocidad se ha vuelto un factor clave. Se espera que las interacciones en línea sean instantáneas, y los usuarios buscan respuestas rápidas a sus consultas, problemas o comentarios. Las plataformas sociales nos ofrecen la posibilidad de estar constantemente conectados, y esto ha llevado a una sensación de urgencia en nuestras respuestas. Sin embargo, en nuestra prisa por ser rápidos, a menudo sacrificamos la calidad y la precisión de nuestras respuestas.
Responder rápidamente puede ser beneficioso en ciertos casos, especialmente cuando se trata de consultas urgentes o situaciones en las que se necesita una respuesta inmediata. En estos casos, la velocidad es crucial para brindar un servicio eficiente y satisfacer las necesidades de los usuarios. Sin embargo, cuando se trata de temas más complejos o controversiales, responder rápido sin reflexionar adecuadamente puede llevar a respuestas inexactas, malentendidos o incluso a la difusión de información falsa.
Es importante recordar que la calidad de una respuesta no está determinada únicamente por su rapidez, sino por su exactitud, relevancia y claridad. Es preferible tomarse el tiempo necesario para investigar y comprender completamente el tema antes de responder, en lugar de ofrecer una respuesta apresurada que pueda generar confusión o propagar información incorrecta. La búsqueda de la veracidad y la precisión debe estar por encima de la velocidad en nuestras interacciones en línea.
En un mundo inundado de información y desinformación, es esencial priorizar la exactitud sobre la velocidad. Debemos resistir la presión de responder de inmediato y tomarnos el tiempo para evaluar la información, verificar fuentes confiables y considerar diferentes perspectivas antes de responder en las redes sociales. Esto no solo garantiza que nuestras respuestas sean fundamentadas y confiables, sino que también contribuye a una cultura digital más responsable y respetuosa.
Además, es importante reconocer que no todas las situaciones requieren una respuesta inmediata. A veces, es necesario tomarse un tiempo para reflexionar, investigar y considerar cuidadosamente nuestras palabras antes de responder. No responder de inmediato no implica desinterés o falta de compromiso, sino una actitud responsable hacia la calidad y la precisión de nuestras interacciones en línea.
Priorizar la exactitud, la relevancia y la calidad de nuestras respuestas contribuye a una comunicación más efectiva, evita malentendidos y ayuda a construir una cultura digital más responsable.