El pasado 26 de abril del año 2023 se publicó en el Diario Oficial la ley que reduce la jornada laboral a 40 horas semanales, más conocida como la Ley de las 40 horas, que fue el resultado de largos años de tramitación en nuestro Congreso Nacional y un anhelo de los trabajadores que se remonta a los tiempos de la revolución industrial.

Como resultado de la vida moderna, y todas las exigencias que esto implica, se propició alcanzar una mejor calidad de vida a los trabajadores, desarrollar una vida familiar e incluso tiempo libre, y de esta manera modificar la realidad de los trabajadores y seguir así los ejemplos de otros países en esta materia.

Como corolario de lo anterior, se consideró como modelo a seguir, el resultado positivo alcanzado por algunos países europeos, los cuales, frente a una jornada de trabajo reducida, alcanzaron un alto rendimiento de productividad, lo que motivó a los legisladores considerar estos antecedentes. El objetivo final del proyecto fue la modificación de las reglas de nuestro Código Laboral y de esta manera reducir la jornada de los trabajadores, para así, lograr un mejoramiento de la calidad de vida de estos e indirectamente el de sus familias.

En términos generales, la mentada ley, establece una aplicación parcializada, para reducir los efectos que se pudiesen provocar en la productividad de los distintos sectores económicos, pasando la jornada semanal de las actuales 45 horas a 44 horas en los primeros 12 meses después de la publicación de la ley, a 42 horas al tercer año y 40 al quinto año, sin perjuicio de la voluntad del empleador de anticiparse y aplicar la medida de disminución en forma inmediata.

Otro antecedente que debemos mencionar, y que es de gran interés para todos, es que la aplicación de la jornada en ningún caso implica la disminución de la remuneración de los trabajadores a los cuales se les aplicará este beneficio. Pero la ley, va más allá y también establece la factibilidad de pactar jornadas en la modalidad 4 por 3, pactar jornadas laborales promediadas, límites a los trabajadores que se les aplica la exclusión de jornada, las jornadas excepcionales para empresas cuyas labores exigen continuidad, y establecer horarios que permitan un ingreso y salida diferenciados.

Los beneficios alcanzados deben ir de la mano de un compromiso de todos los sectores y en particular de los trabajadores, quienes deben invertir su tiempo en actividades que permitan enriquecerse a nivel personal y familiar, que fue el motivo basal y que pretende mantener el Gobierno del S.E Presidente Gabriel Boric Font y nuestra delegada presidencial regional Karen Behrens Navarrete.

Para los exhabitantes de Chuquicamata el 18 de mayo es una fecha especial. No es una efemérides cualquiera. Y la razón es que muchos de ellos vivieron sus mejores momentos en un asentamiento que nació para albergar a los trabajadores y con posterioridad a sus familias, y que durante décadas generó un estilo de vida y un arraigo que permanece hasta nuestros días.

Sus primeros habitantes, aquellos que llegaron en los albores del siglo pasado, recuerdan que las condiciones eran precarias, especialmente, para los obreros que realizaban las tareas más duras en el proceso de extracción del mineral. Había habitaciones con paneles metálicos (las latas) y baños colectivos y otras necesidades no resueltas del todo. El clima arreciaba y poder seguir adelante requería de esfuerzos extremos.

Era el nacimiento de un campamento que con el paso de los años fue creciendo en población y desarrollándose para convertirse en el espacio ideal para la vida en familia y para compartir en comunidad.

Son esos los recuerdos que perduran y hacen que cada año sean decenas de exchuquicamatinos los que llegan hasta su antiguo terruño para revivir aquellos tiempos, reencontrarse con vecinos y amigos, y también para conocer el estado de su antiguo gran hogar.

Tras el cierre, debido a la expansión del depósito de material estéril y razones ambientales, siguen en pie aquellas grandes construcciones que fueron punto de reunión de sus antiguos moradores. Recorrer esos espacios los transporta a aquellos años y se recoge la necesidad de mantenerlo como un tesoro de la historia que los convoca a ellos y para el un país minero como Chile.

Las agrupaciones de antiguos moradores, los llamados "hijos de Chuquicamata", saben que su preservación es una tarea intransable y por ella abogan con constancia. Hoy su barrio histórico es zona típica y esperan que pronto sea un patrimonio de la humanidad.