Ciudades diseñadas para ser más seguras
La infraestructura urbana también es importante al momento de reducir los índices de delincuencia. Calles despejadas, ausencia de sitios eriazos y espacios públicos amplios son verdaderos aportes al objetivo final. Lograr que la infraestructura urbana sea utilizada en beneficio de la seguridad y dialogar con los vecinos para detectar los espacios peligrosos, es uno de los desafíos que puede concretarse sin preámbulos.
El plan "Caminar Seguro", que impulsa el Gobierno Regional y que es preparado por la Universidad SEK, tiene una serie de componentes que van más allá del combate represivo y otras medidas de acción inmediata. Considera dos aristas importantes que son el involucramiento de la población y un mejoramiento en el diseño de las ciudades.
Lograr que la infraestructura urbana sea utilizada en beneficio de la seguridad y dialogar con los vecinos para detectar los espacios peligrosos, es uno de los desafíos que puede concretarse y que tendría un doble resultado: contar con ciudades más seguras y mucho más amables.
Algunos pensarán que es necesario una transformación mayor, atendiendo que gran parte de las comunas de la región fueron diseñadas para un volumen habitacional menor al que hoy conocemos. Además, los cascos históricos presentan particularidades propias del período fundacional que son muy difíciles de intervenir.
En síntesis, ir por ese camino no sería lo correcto. Lo que se recomienda hacer, es avanzar hacia una modernidad aprovechando las características propias de las ciudades e inyectándole un grado más amable, que no solo aumente el sentido de pertenencia, también que otorgue seguridad.
Partir con los diálogos vecinales es el primer paso. Detectar puntos ciegos, espacios inseguros, sitios eriazos, inmuebles abandonados, falta o ausencia de iluminación, es la fase siguiente y se termina con una intervención estructural y el empoderamiento ciudadano.
Con la información necesaria sería posible promover un cambio en las ciudades. Esta experiencia no es nueva y es casi de sentido común, pero no se ha priorizado en desmedro de medidas de plazo inmediato.
Hoy se debiera tener otra mirada y claramente la mayoría de las personas, pobladores o vecinos tenemos un conocimiento de cómo podemos mejorar nuestros sectores. Denunciar aquellos espacios subutilizados o propiedades que están abandonados y se convierten en refugio para cometer incivilidades y delitos, las que debieran ser intervenidas para dar mayor tranquilidad y seguridad a todo un vecindario.
Desde allí proyectarse hacia otros entornos hasta llegar a aquellos en que todos compartimos y que queremos retomar bajo un clima de paz.
Es una linda oportunidad para tener ciudades seguras y amigables, que no podemos desaprovechar.