Herencia teatral
Las herencias creativas son fundamentales en la gestión de desarrollo de la sensibilidad del ser humano por lo que toda muestra del presente se sustenta, sin dudas, en experiencias anteriores que es preciso no olvidar.
Una reciente Linterna da cuenta de un quehacer teatral en la Cárcel de Antofagasta, bien sensibilizada por el actor Raúl Rocco sobre la importancia del teatro en el rescate del ser humano.
Hace 56 años, el creador del teatro universitario nacional, Pedro de la Barra, fomentó en Antofagasta una experiencia pionera en Chile y en América Latina, en la Cárcel de Antofagasta, dentro de las tareas del Teatro del Desierto y después de establecer labores teatrales en Arica, en la Universidad de Chile, el año 1961.
Junto a Teresa Ramos, montó la obra "Dulce, pero amargo", "cuyo autor fue un interno que permaneció en el anonimato" (página 116 de "El Mundo está Cambiando", de Osman Cortés Argandoña. Editorial Plural de La Paz, Bolivia. 2017). Crónica narrativa que presentaríamos en la Universidad del Norte.
De la Barra escenificó en 1963, "Farsa y justicia del señor Corregidor", de Alejandro Casona que fue presentada en 1964 en el V Festival Nacional de Teatro Independiente y Aficionado en Viña del Mar. El grupo de la Cárcel de Antofagasta se alojó, obviamente, en la Cárcel de Valparaíso.
"El Grupo "Pedro de la Barra" de la cárcel fue el único en su género en América Latina, aspecto que ha sido olvidado por el sistema tomando en cuenta que solamente existió uno similar entre los reclusos de la conocida cárcel de Sing-Sing, en Estados Unidos" (Pág. 117 de "El Mundo está Cambiando").
La labor cultural histórica de las universidades estatales fue fundamental para el desarrollo de las artes en Chile y, sobre todo, en Antofagasta en la década del 60. La Universidad de Chile encargó a ese pionero Pedro de la Barra fundar edificios culturales en Concepción, Arica y Antofagasta. Edificios que la dictadura y la desidia se encargaron de destruir, pero su recuerdo ha permanecido con esa vigencia inexorable de quienes no padecen amnesia voluntaria.
Osman Cortés Argandoña. Periodista, escritor