Expertos explican causas de seguidilla de temblores detectados en la región
FENÓMENO. En la cercanías de Socaire ocurren la mayoría de los movimientos que se monitorean en Chile, según indicó el director del Centro Sismológico Nacional de la Universidad de Chile.
Últimamente han ocurrido una seguidilla de sismos en la Región de Antofagasta, especialmente en mineras y pueblos cercanos a Calama, como el caso de Socaire y Ollagüe. Y ayer, en horas de la tarde, se percibió un temblor de 4,2 al suroeste de Antofagasta, de acuerdo a datos de la página web de sismología Chile.
Y si bien la mayoría han sido de baja intensidad e imperceptibles, o sea que bordean la magnitud 3,0, han sido varios seguidos en los últimos días, algunos llegando incluso a sobrepasar la magnitud 4,0. ¿Qué significa esto en sismología o cómo se puede explicar este fenómeno? El director del Centro Sismológico Nacional de la Universidad de Chile, Sergio Barrientos, lo explica.
"Justamente esa zona está cerca de la zona más activa, más productiva sísmicamente en el país. Es una zona donde ocurren muchos eventos por unidad de tiempo. De hecho, si uno ve el número de veces en el año que los sismos son referidos a Socaire, probablemente llegan a un gran porcentaje de todos los sismos de Chile", precisó el director del Centro.
Entre la altitud de Calama y un poco más al norte de Iquique, bajo la cordillera, se destacan por ser una franja muy importante de sismicidad muy alta, además de ser el lugar en Chile donde ocurren más temblores por unidad de tiempo, por lo que está siempre activo.
"Y por qué sucede eso, no sabemos. Hay algo especial en cómo ocurren, a unos 100, 150, 200 kilómetros de profundidad, y personalmente creo que eso viene enlazado desde cuando fue creada la Placa de Nazca, y eso ocurrió hace millones de años. Ahora, que está siendo usufructuada, estamos viendo como cuando se creó la Placa de Nazca; cuáles son las debilidades o quizás algún componente de fluidos o de agua que es muy importante y es lo que está produciendo esa actividad sísmica tan grande en aquellas zonas", dijo Barrientos.
¿VENDRÁ UN SISMO MAYOR?
Entre la población existe la creencia popular de que una seguidilla de sismos pequeños supone que se aproxima uno más grande o incluso avisa de un terremoto. ¿Qué tan verdad es esto? El director del Centro de Catástrofes de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Antofagasta, Jorge Van Den Bosch, indica que "tampoco está tan mala la creencia popular".
"Si hay muchos sismos, normalmente lo que podría venir es un sismo mayor, pero siempre que empiecen a escalar. Por ejemplo, que empiecen con 3,5, al otro día 4,5, a la semana 4,7, después 5 y tanto y ahí entramos en problema ya, porque quiere decir que se está haciendo esfuerzo que va en dirección hacia algo mayor", puntualizó Van Den Bosch.
Pero, cuenta que existe otra creencia popular que relaciona a los muchos sismos con liberar parte de la energía acumulada, "en cierta medida sí, pero en cierta medida no también. Eventualmente, cuando hay mucha sismicidad pero de sube y baja, puede ser normalmente el equilibrio que se está buscando nuevamente, porque se rajó todo un sector y necesita volver al equilibrio", enfatizó el director del Centro de Catástrofes UA.
ACTIVIDAD VOLCÁNICA
En el último tiempo el volcán Láscar ha tenido una gran actividad volcánica y sísmica, ¿podrá ser una de las razones de esta seguidilla de sismos en la región? El sismólogo experto en sísmica volcánica y director alterno del Instituto Milenio de Investigación en Riesgo Volcánico - Ckelar Volcanes, Pablo Salazar, manifiesta que no.
"Son sismos profundos, que están por sobre los 150 kilómetros de profundidad, y esos no tienen directa relación con la actividad volcánica que se ve en superficie. Responden a otro fenómeno, que es el de la subducción donde hay deshidratación de las placas, principalmente en la Placa de Nazca", sostuvo Salazar.
Si bien no tendría directa relación con la actividad reciente, a largo plazo hablando de años, "todas esas deshidrataciones pueden llegar a superficie, convertida en magma (…) Si ahora esta actividad fuera muy grande y profunda, se debiera ver un desfase de meses o tal vez años en que gatille la actividad en el Láscar por ejemplo, o en algún volcán en superficie, porque el magma demora en subir y no son procesos que demoren días o semanas, son procesos mucho más largos que eso", añadió Pablo Salazar.
En tanto, Sergio Barrientos, director del Centro Sismológico Nacional, detalló que si se pusieran sensores sísmicos cerca del volcán, "van a detectar temblores asociados al movimiento del magma, pero esos temblores son muy chiquititos y en general uno tiene que estar muy cerca del volcán para poder sentirlos. Lo que nosotros tenemos en nuestro catálogo son temblores un poco más grandes, de magnitud 2,0 o 2 y tanto (…) si es que los hay, son los menores".
"Es una zona donde ocurren muchos eventos por unidad de tiempo. De hecho, si uno ve el número de veces en el año que los sismos son referidos a Socaire, probablemente llegan a un gran porcentaje de todos los sismos de Chile".
Sergio Barrientos, Director del Centro Sismológico Nacional de la U. de Chile
150 km de profundidad de promedio son la característica de la mayoría de los temblores ocurridos.