El observatorio alma refuerza su ciberseguridad tras ataque
SISTEMAS. El radiotelescopio más grande del mundo, ubicado en el Desierto de Atacama, estuvo más de un mes y medio sin funcionar.
El Observatorio ALMA, el radiotelescopio más grande el mundo, situado en pleno Desierto de Atacama, está reforzando sus sistemas informáticos contra ataques cibernéticos después de que un grupo de ciberpiratas infectara parte de su infraestructura en octubre pasado, paralizando las observaciones por un mes y medio.
"El ataque aceleró la implantación de proyectos relacionados con la ciberseguridad y aumentó la coordinación con las oficinas de seguridad de los organismos que son socios principales de nuestra institución astronómica", informó a la agencia Efe el gerente de Tecnologías de la Información del Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA), Christian Saldías.
Un ataque de madrugada
El ataque a ALMA ocurrió en la madrugada del 29 de octubre, en el inicio de un fin de semana largo, con buena parte de los empleados de vacaciones.
"Muy rápidamente, nos dimos cuenta de que estábamos bajo un ataque cibernético. Comenzamos a recibir mensajes de que no podíamos usar el radiotelescopio ni acceder a ningún sistema", relató la jefa del departamento de Ciencia de ALMA, Elizabeth Humphreys.
"En algún lugar del sistema de computación -sigue -, los hackers indicaron que nos estaban atacando y qué teníamos que hacer para resolver el bloqueo, pero, claramente, nosotros no íbamos a acceder a lo que ellos reclamaban: íbamos a arreglar nuestros sistemas y volver a la ciencia".
ALMA está situado a más de 5.000 metros por encima del nivel del mar, en un altiplano de la cordillera de los Andes, donde 66 antenas de gran tamaño rastrean el cielo, uniendo sus señales a través de un superordenador para sacar una sola imagen entre ellas.
Las antenas de ALMA funcionan como un único radiotelescopio y se pueden colocar en 192 ubicaciones distintas en todo el recinto astronómico, lo que permite cambiar el diámetro del observatorio de entre unas decenas de metros hasta 16 kilómetros, según las necesidades científicas, creando entre ellas el radiotelescopio más grande del mundo.
Los ingenieros de computación, detalló por su parte Saldías, aislaron los sistemas entre sí para evitar que el ataque se extendiera, pero los hackers entraron a las máquinas que sirven para controlar las observaciones y paralizaron la actividad científica.
"Estamos hablando de unas 400 máquinas que tuvieron que ser reconstruidas desde cero", reveló el informático.
Según explicó otro astrónomo de ALMA, Hugo Messias, a finales de enero los ingenieros tenían previsto completar algunas comprobaciones, pero aún los sistemas informáticos no se han recuperado al 100% y sufren por el ataque.
Pérdidas para la ciencia
El ataque cibernético y sus consecuencias fueron un jarro de agua fría para los científicos de ALMA, que habían estado un año sin poder observar el cielo a causa de la pandemia y ahora, con la situación sanitaria mejorada, pensaban que podrían trabajar con normalidad.
"En el momento del ataque, recuerdo sentirme muy enfadada, devastada porque alguien hubiera atacado un observatorio como este; nosotros no estamos aquí para sacar dinero, estamos para conseguir datos científicos y descubrir el universo", dijo Humphreys.