En la adolescencia, los humanos son más impulsivos que los chimpancés
ESTUDIO. Una investigación de la Asociación Americana de Psicología aborda la vieja pregunta de por qué los jóvenes asumen más riesgos.
Los chimpancés -que pueden vivir hasta los 50 años- alcanzan la adolescencia entre los 8 y los 15 años, una etapa en la que, como los humanos, experimentan cambios hormonales, forman nuevos vínculos, se muestran más agresivos y compiten por el estatus social.
Sin embargo, pese a que los adolescentes chimpancés y humanos se enfrentan a la misma tempestad psicológica, los primeros son menos impulsivos que los segundos, según un estudio de la Asociación Americana de Psicología que aborda la vieja pregunta de por qué los adolescentes asumen más riesgos: ¿es el entorno o la predisposición biológica?
"Nuestros hallazgos muestran que varias características clave de la psicología adolescente humana también se observan en nuestros parientes primates más cercanos", explica la investigadora principal, Alexandra Rosati, de la Universidad de Michigan.
El equipo realizó dos pruebas con recompensas de comida con 40 chimpancés nacidos en libertad en un santuario de la República del Congo.
En la primera, chimpancés adolescentes y adultos debían elegir entre dos recipientes: uno siempre contenía maní (uno de sus alimentos preferidos) y el otro podía contener un alimento que no les gusta (una rodaja de pepino) o un alimento favorito (una de plátano).
Los chimpancés podían ir a la segura y escoger el maní o arriesgarse y con la opción del plátano o el pepino.
Los investigadores grabaron las reacciones emocionales y las vocalizaciones de los chimpancés, como gemidos, quejidos, gritos, dar golpes en la mesa o rascarse, y recogieron muestras de saliva para estudiar los niveles hormonales.
Tras repetir la prueba varias veces vieron que los chimpancés adolescentes se arriesgaban con más frecuencia que los adultos, y observaron que la reacción de adolescentes y adultos fue muy similar al recibir el pepino.
La segunda prueba examinaba la gratificación retardada: los chimpancés podían recibir una rodaja de plátano inmediatamente o esperar un minuto y recibir tres.
Los adolescentes y los adultos eligieron la mayor recompensa retardada en una proporción similar, mientras que los adolescentes humanos tienden a ser más impulsivos que los adultos, por lo que es más probable que elijan la recompensa inmediata. "Este estudio demuestra que, a diferencia de los humanos, la capacidad de los chimpancés para retrasar la gratificación ya está madura a una edad bastante temprana", afirma Rosati.