Gerard Butler nota el peso de los años al recrear escenas de acción
CINE. "Lo sentí de manera más dura que cuando filmé '300'", dijo el actor que ahora en "Plane" es un piloto sin experiencia.
El actor Gerard Butler, de 53 años, dice que cada vez se le hace "más difícil" interpretar escenas de acción extremas, pero que eso le benefició en su último thriller de acción, "Plane", donde encarna a un piloto que sin ninguna experiencia previa en combate tiene que enfrentarse a una dura pelea cuerpo a cuerpo.
"Odio decir esto, pero sentí (lo difícil que era el rodaje de las escenas de acción) de manera más dura que cuando filmaba '300'", dice el actor a Efe haciendo referencia a la película épica estrenada hace 17 años donde interpreta al rey Leónidas.
Para Butler, la escena más dura en esta nueva película, donde encarna a un piloto que lucha por proteger a sus pasajeros tras un aterrizaje forzoso en una isla plagada de milicias y grupos rebeldes, fue una pelea cuerpo a cuerpo de más de dos minutos. El actor describe esta escena como "memorable" porque se rodó en una sola toma.
"Si la gente supiera cuánto tenemos que prepararnos", recalca el artista y explica que tanto la coreografía de la pelea como los ángulos de la cámara se tuvieron que ensayar al milímetro y aún así hubo que hacer varias tomas para conseguir el producto final.
"Interpretar a alguien que es un hombre común, pero que luego se encuentra en estas locas circunstancias y tiene que averiguar cómo resolverlas, fue lo que hizo que la pelea fuera complicada, sucia, desesperada y agotadora", anota Butler.
Para interpretar a este piloto que ama hacer chistes y poco a poco se va convirtiendo en héroe a lo largo de la cinta, el actor escocés tuvo que aprender a pilotar. "El proceso fue realmente muy divertido. Es una de las mejores cosas de esta profesión, te dan la oportunidad de convertirte en un experto en algo. Me senté en un simulador de un 737, aterricé en un aeropuerto, volé por autopistas en busca de un lugar en el que aterrizar como en la película, pasé tiempo con pilotos y fui en aviones pequeños", agrega.
La idea de la cinta se le ocurrió al guionista y novelista Charles Cumming durante unas vacaciones familiares en Egipto cuando se preguntó qué hubiera pasado si su avión hubiera sido desviado a un área controlada por terroristas.
Pero esta película no está ambientada en África u Oriente Medio, sino en la isla de Jolo, en Filipinas. "Hay grupos rebeldes y milicias en la isla de Jolo y es cierto que el Gobierno filipino realmente trata de mantenerse al margen. Nos permitió ir a un lugar diferente, llevar a la audiencia a un mundo completamente nuevo y a ver un tipo de villano distinto", detalla el actor.
No obstante, la película se grabó en Puerto Rico y no en el Sudeste Asiático.