Antesala
Indudablemente, el mes de noviembre es la antesala del fin de año. Empezamos a evaluar nuestros trabajos, a soñar con cambios, los jovenes se preparan para rendir su prueba de ingreso a las universidades, etc. Quizá es tiempo de autoevaluarnos seriamente y ver a donde nos han conducido nuestras acciones, si hemos logrado alcanzar las metas propuestas al inicio de año, y si no lo logramos, preguntarnos ¿Por qué? Necesitamos revisar y afinar detalles que nos conduzcan al éxito.
Vivimos una sociedad muy mediatizada, donde todo lo queremos al instante y eso afecta nuestra forma de vivir. Si Tomas Alva Edison viviera hoy, quizás nunca hubiera inventado la ampolleta eléctrica, ya que le costó cientos de pruebas fracasadas. La perseverancia, la paciencia y la tenacidad para lograr nuestros objetivos, se han vuelto virtudes escasas. El apóstol Pablo, escribiendo a su joven amigo y pastor Timoteo, le enseña sobre como conducir la Casa de Dios y le coloca 3 ejemplos a seguir: el soldado, el atleta y el labrador. Le dice que un soldado se enfoca en una sola cosa (su servicio) y no piensa en nada más. Que el atleta digno, no puede hacer trampas. Y que el labrador no cosechará, si no siembra primero. (2 Timoteo 2: 3-7) Cuando reviso estos principios bíblicos, me sorprendo de como no lo hemos puesto en práctica en todo ámbito de nuestra vida. Si lo hiciéramos veríamos como somos transformados por la Palabra de Dios.
La dedicación del soldado, para agradar a su señor, es algo que hoy se extraña en todo campo: los empresarios se quejan que no hay buenos trabajadores, los profesores quieren mejores alumnos, los padres quieren mejores hijos y podemos seguir indefinidamente ¿por qué pasa esto? nos falta enfocarnos bien en lo que hacemos. Si lo hiciéramos, dice la Biblia, seriamos reconocidos por todos (Proverbios 22:29) En la figura del atleta, vemos que las trampas para ganar, hoy son pan de cada día, el apóstol dice: eso no se hace. No solo importa el objetivo, sino también los medios utilizados para conseguirlos. Y la paciencia del labrador es destacada en toda la Biblia, nada instantáneo; paciencia, mucha paciencia, pero sin abandonar la meta propuesta.
Los objetivos de largo plazo, casi no existen, se trabaja para hoy y quizás para mañana, pero la Biblia nos dice de una carrera que debemos correr con mucha paciencia (Hebreos 12:1) que tenemos que perseverar hasta el final de nuestra vida (San Mateo 24:13) y que tenemos que agradecer la presencia de quien nos amó y dio su vida por nosotros, nuestro Señor Jesus, quien dijo: estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo (San Mateo 28:20) Así que, en esta antesala de fin de año, volvamos a instalar en nuestras vidas, virtudes que quizás desechamos y son la causa de no haber alcanzado las metas propuestas.
Jesús Aranda Valverde,
Pastor Evangélico