Osvaldo Antilef y "La Ciudad de Wiraqocha"
"Elévanos viento norte/elévanos de la mano/que se acercan las amantes/del invierno Altiplano" Así comienza la obra debut del escritor antofagastino Osvaldo Antilef Araya. Texto que se adjudicó la Beca de Creación Literaria en poesía, hace algunos años. Demoró en publicar ya que, según el poeta, los versos deben ser madurados y trabajados para entregarlos, emotivos, afinados y cristalinos. ¿Ha cumplido esta obra con el propósito?
Wiraqocha, el dios de dioses de las culturas andinas, el hijo de la Pachamama, observa desde otras dimensiones el andar de los hombres por el gran desierto de Atacama. "Bajo un cristalizado mar de cálidas techumbres". Así, las imágenes poéticas del libro son variadas, desde folclore a elementos oníricos que dan inspiración y forma. Muestra talento creativo, dominio del lenguaje, estudio de la mitología. Hay abundancia de términos, el verso libre se junta con la métrica clásica, la prosa narrativa y los personajes con la poesía. Las aguas, la desolación, las batallas, las luces, los tambores bajo y sobre la tierra. La voz de las culturas ancestrales, llegando desde Pachamama, con la profundidad de lo eterno, con la plenitud de los tiempos.
El hablante lírico nos canta y nos encanta en su actitud carmínica: "Contemplaba en ese entonces el ombligo del desierto/la fría espera de las melodías/En la tarde la brisa traía las respuestas/arriba el sol tapaba los misterios/todas las demás auroras sintéticas".
La ciudad de Wiraqocha con sus puertas de pumas alados y águilas flotando, es donde el autor nos invita a adentrarnos por una "Autopista de electrones por las calles de sal, cristal o bronce/Un sonido de metales se desangra por la herida del tiempo/dejando como gotas de sudor estacas de angustia dormida/...Espacio romántico comprimido en pixeles absolutos".
El libro termina con un dibujo titulado "Configuración arquitectónica de la obra". Cada poema es una columna que confluye en un templo central, tallado con rupturismo y lírica. Un golpe visual antes de volver al mundo real, donde el nuevo miembro del Círculo Literario Manuel Durán Díaz comienza su viaje.
Aida Santelices Kostópulos, escritora.