Gómez Rojas y Sabella
Ayer, 29 de septiembres se cumplieron 102 años desde que el poeta ácrata José Domingo Gómez Rojas (1896-1920), torturado hasta la locura, muere en la Casa de Orates de Santiago, prisionero en el marco de la razzia represiva conocida como "Proceso a los Subversivos", aquella afrenta estatal que encarceló a estudiantes y obreros acusados de "vendidos al oro peruano" en un ferviente nacionalismo.
La figura y el ejemplo del "Poeta Cohete", como se le apodó por sus arengas en mítines relámpagos, quedó marcada a fuego en la memoria del escritor antofagastino Andrés Sabella, quien lo consideró "el hermano mayor de nuestros sueños libertarios", convirtiéndose en uno de sus más fervientes seguidores, recopilando su obra y recordando su legado durante décadas en columnas sembradas en la prensa, homenajes y algunos libros que pasamos a revisar.
En 1937 Sabella publica el ensayo "Gómez Rojas: Realidad y Símbolo", editado por la FECH, cuyas ganancias fueron en apoyo a la madre del poeta; dos años más tarde "Popularización de Gómez Rojas", Editorial Revista Universitaria; y en 1940 la reedición ampliada de "Rebeldías Líricas", Editorial Ercilla, único libro publicado en vida por el poeta mártir (1913). En todos estos trabajos Sabella incorpora material inédito y archivos cedidos por la familia de Gómez Rojas: poemas, prosa, correspondencia y pasajes del diario personal, además de elogios de otros escritores, entre los que figuran versos del mejillonino Neftalí Agrella. Ese mismo año, Andrés se cuenta entre quienes proponen el nombre de José Domingo para la plaza ubicada frente a la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile. Y con el correr de las décadas, centenares de columnas y luego un cuadernillo de sus míticas "Colecciones Hacia" continuarían la posta en esta sempiterna memorabilia del "hermano mayor". Pero dejemos la palabra y su recuerdo al propio Andrés con PEQUEÑA RESTAURACIÓN DE UN HOMBRE: "José Domingo está ahí - en ese espacio de la historia. donde una flor de sangre levanta su voz y reúne tribus de fuego.El mueve las olas más feroces del tiempo; cambia el humo de los cirios por resplandecientes cuchillos; aparece, cada mañana, en la sonrisa de los niños".
Camilo Araya Fuentes, Pampa Negra Ediciones