Redacción
Hace dos años, Carlos Chiappe asumió el cargo de director del Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Museo (IIAM) de la Universidad Católica del Norte (UCN) ubicado en San Pedro de Atacama.
Este desierto lo había acogido el 2018, cuando ingresó como profesor asociado a esta unidad y posteriormente asumió como Editor General de la revista científica Estudios Atacameños.
Doctor en Antropología por la Universidad de Buenos Aires, por años sus principales líneas de investigación se centraron en las prácticas de producción y circulación del conocimiento científico y en la etnohistoria andina. Recientemente se ha dedicado a investigar el desarrollo de la arriería en la Región de Antofagasta desde el fin de la dominación española en América hasta la decadencia del tráfico arriero a finales del siglo XX.
En esta entrevista, Carlos nos cuenta cómo ha concebido la dirección del IIAM, su visión sobre el desarrollo de este y los próximos desafíos.
¿Cuáles crees que son los principales avances que ha tenido el IIAM en los últimos años?
-Soy argentino y me formé en Antropología en la Universidad de Buenos Aires. Entre aquel grupo de etnohistoriadores, la Universidad Católica del Norte, en general, y el IIAM, en particular, siempre fueron instituciones reconocidas. Los arqueólogos leían bastante a Lautaro Núñez y, los antropólogos, a Hans Gundermann, por ejemplo. Llegué al IIAM en el 2018, así que una evaluación más detallada puedo hacerla desde ese momento en adelante. Podría nombrar el doctorado, las publicaciones, las investigaciones, pero nuevamente me quedo con el grupo, que viene demostrando un gran compromiso a la hora de gestionar en forma coordinada un instituto con múltiples competencias y desafíos asociados.
Por esencia este es un instituto de investigación… ¿Qué destacarías en esta área?
-Si destacara solo un aspecto en particular del sinnúmero de proyectos y actividades de investigación que realiza el IIAM sería poco simpático. Creo que es relevante nombrar dos cosas. En primer lugar, la sinergia lograda con la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo Tecnológico, la cual es fundamental para coordinar y optimizar esfuerzos para acceder a fondos internos y externos. En segundo lugar, para mí lo más importante es siempre el factor humano. En 2019, poco tiempo después de haber ingresado a la UCN, pude acceder a mi primer Fondecyt, que es un estudio interdisciplinario sobre la arriería histórica en Atacama. No fue un logro personal. Lautaro Núñez me sugirió el tema, con Alejandro Garcés y Fernanda Kalazich discutimos cuál era el mejor enfoque, Hans Gundermann me ayudó a mejorar la propuesta, Valentina Figueroa a trabar relaciones indispensables para desarrollar el proyecto, Saúl Cervantes colaboró con la bibliografía y las fuentes documentales, discutí con Jimena Cruz algunos aspectos de las diferentes categorías relativas a la práctica arriera, recibí también apreciaciones de Helena Horta, de Marina Weinberg y aportes de Romina Carpanetti.
La vinculación ha tomado mucha preponderancia en los últimos años en la UCN, y en nuestro caso, con proyectos reflotados como la Escuela Andina. ¿Cómo el IIAM concibe la vinculación con el medio y qué público se quiere priorizar?
-Creo que el sello distintivo del IIAM es justamente la vinculación. En parte por nuestro emplazamiento territorial y la cercanía con las problemáticas que atraviesan a la comunidad de la que formamos parte, y también porque casi el global de nuestra investigación se sustenta en estrategias colaborativas, en particular con las comunidades atacameñas. De modo que lo que venimos intentando es gestionar mejor nuestros esfuerzos para que el área se potencie cada vez más. En este sentido, la incorporación de Jacinta Arthur como encargada de Vinculación, que tiene experiencia en el tema, ha importado un avance significativo en muy poco tiempo. Esto siempre en el concierto de un trabajo de equipo porque nos motiva mucho el tema.
Proyecto museo
¿Cuál es el estado actual del proyecto nuevo museo?
-El instituto recibió en 1984 la custodia de las colecciones que fueron generadas en el marco del Museo de San Pedro (1950-1980). Estas se exhibían y resultaban un gran atractivo para la comunidad en general y para el turismo en particular. Sabemos que el prolongado cierre del museo ha tenido un impacto negativo. Esto ha intentado superarse provisoriamente con el Depósito Arqueológico Museable, en donde se exhibe parte del acervo que conservamos, investigamos y difundimos. La pandemia, periodo en el cual estuvimos cerrados como tantas otras instituciones, nos ha brindado tiempo para implementar un proyecto liderado por Arturo Torres, el cual permitirá que personas con capacidades diferentes puedan aprovechar todo el potencial de la muestra. En poco tiempo más, estaremos abriendo de nuevo las puertas. En este momento, lo que más nos preocupa es participar de la futura reapertura del Nuevo Museo dejando en claro que, por tratarse de un proyecto a ejecutarse en territorio indígena, se deben sentar las bases para una Consulta Indígena en donde la Comunidad Atacameña sea quien determine cuál proyecto desea, conforme lo establecido en el C169 de la OIT. Además, impulsar un Proceso de Participación Comunitaria para definir las condiciones del proyecto, incluido el modelo de museo, lugar de emplazamiento, modelo de gestión y gobernanza, y los Términos de Referencia del proyecto a concursar para su ejecución. Creemos que el Nuevo Museo es viable e importante para nuestra comunidad, el país y el mundo pero hay que sentar sus bases con la mayor transparencia y solidez posible, lo que comienza con el respeto y colaboración efectiva con el Pueblo Atacameño en cuyo territorio nos encontramos.
¿Cuáles son los principales desafíos del IIAM? ¿Cómo visualiza el futuro del IIAM?
-El IIAM enfrenta hoy el desafío de adecuar sus prácticas al tiempo en el que nos toca vivir. Nadie hace ciencia en abstracto, ni totalmente independiente de intereses. El objetivo es conservar la autonomía intelectual, el gusto y amor por nuestro trabajo, el entramado grupal y la vocación hacia lo colectivo, con toda su heterogeneidad. Debemos proyectarnos más en el país y fortalecer las relaciones internacionales, sumar gente joven a la tarea a través de la formación e incorporar más colegas a nuestra planta. Todo esto desde un espacio que es en primer lugar nortino, en segundo, centro-sur andino y -finalmente- latinoamericano. Solo desde una mirada que valore lo propio podremos aportar a las discusiones científicas y las luchas sociales de un presente en donde lo único que tenemos claro es la posición en donde queremos que nos encuentren los cambios que vienen.
"Debemos proyectarnos más en el país y fortalecer las relaciones internacionales, sumar gente joven a la tarea a través de la formación e incorporar más colegas a nuestra planta".