Andrés Sabella, siempre Norte
"Soy hombre del Norte y me siento, sin mentir ni mentirme, sólo un obrero que trabaja en el bellísimo y tremendo material de la palabra humana. Trabajo para el Norte, porque es mi lar. Pero ansío que mi esfuerzo toque a Chile y, en seguida, salte al mundo, pues persigo el equilibrio de mi tierra y de las tierras en mi corazón".
Andrés Sabella amó a su Norte y a su ciudad.
"Soy hijo de estos cerros que acaricia el viento de la costa, de este mar que fue mi primer juguete maravilloso y que será mi última alegría de Todo y Nada, en el sinfín de la Vida y de la Muerte".
Por Antofagasta, por su "cielo que se abre en una bella sonrisa azul perdida" y por "el mar de brazos capaces de bajar la luna hasta sus labios", Andrés renunció a la gloria literaria nacional y quizás internacional, para fundirse en ininterrumpido "coloquio de amor" con el suelo y el aire que lo vieron nacer, hace ya cien años.
Enamorado fiel, escudriñó sus gentes, sus calles, sus rincones, jugueteó con las olas y esquivó el sol que "en el firmamento se descompone en una furiosa carcajada llena de fuego".
Vio crecer a su ciudad y fue guardando en su memoria todos los detalles del diario pasar, hasta convertirse en la Memoria de Antofagasta. Se hizo parte de sus triunfos y de sus derrotas, y la alentó para que exigiera el sitial que en justicia se merece. Antofagastino de excepción, creyó en la fuerza de la palabra "para que el Hombre nazca de una vez, a una tierra henchida por los dones que conceden la Paz, la Justicia, la Libertad y la Cultura".
Luchador incansable por la vida que es "oferta de vivísima fecundidad" -según sus propias palabras- pasó entre nosotros como hombre cabal, pleno, la mente colmada de ideas y el corazón rebosante de buenos sentimientos, entregándonos con generosidad ejemplar y soñando para el Norte y para Chile, plenitud de Pan, Paz y Poesía.
N. de R. Sonia Buljan falleció el 23 de agosto. Este hermoso texto que ella dedicó a Andrés en su centenario es nuestro homenaje a su recuerdo y a su fina pluma.
Sonia Buljan. El Mercurio de Antofagasta, 27 de agosto 2012.