Fracasa intento de sofocar protestas en Ciudad de Panamá
COSTO DE LA VIDA. Sindicatos y gremios no acudieron a llamado del Gobierno
Los sindicatos y gremios que impulsan una ola de protestas y huelgas en Panamá para conseguir que baje el costo de la vida, entre otras exigencias, no acudieron al diálogo convocado por el Gobierno y alegaron una falta de consensos previos.
El Ejecutivo de Laurentino Cortizo llamó a todos los sectores en protesta a participar en una mesa de diálogo en la capital panameña, mediada impulsada por la Iglesia Católica, para encontrar "juntos soluciones viables y factibles a los problemas que aquejan a la sociedad".
El llamado lo hizo el Ejecutivo luego de que anuncios como una subvención general al combustible o la reducción del gasto del Estado para evitar más endeudamiento público, fueron tildadas de medidas "insuficientes" por los gremios y organizaciones sociales, que han continuado con las protestas en casi todo el país.
Voceros de la Alianza Pueblo Unido por la Vida y de la Alianza Nacional por los Derechos del Pueblo Organizado (Anadepo), las impulsoras de una huelga docente que cumplió más de una semana y las protestas, rechazaron acudir a la mesa debido a la falta de consenso previo a esta cita.
La Alianza Pueblo Unido por la Vida "está de acuerdo con dialogar con el Gobierno" pero para eso "es necesario que las partes puedan consensuar las condiciones de la mesa" antes, dijo el secretario general de la Asociación de Profesores (Asoprof) Fernando Ábrego, en una rueda de prensa en plena calle capitalina.
Sin clases y bloqueos
Centenares de miles de estudiantes permanecen sin clases de hace más de una semana y los bloqueos en la vía Interamericana, que atraviesa el país y lo comunica con Centroamérica, han provocado desabastecimiento de ciertos alimentos en la capital y otros centros urbanos así como de combustible en el interior.
Los empresarios hablan de pérdidas millonarias, piden un "gran diálogo nacional" y que el Gobierno detalle cuál es la reducción real de gastos del Estado y exigen una redistribución de los recursos hacia inversiones productivas.
Las protestas comenzaron para exigir la baja y congelamiento del precio de los combustibles, alimentos y medicinas, un alza general de salarios y el presupuesto educativo, pero han ido escalando hacia el repudio al despilfarro de los recursos del Estado y la corrupción.