Ricardo Pinto Neira
Era un partido con obligaciones. La de recuperar la senda ganadora perdida en Quillota hace una semana, mantener el rendimiento como local que tiene al equipo peleando en la parte alta del torneo y principalmente, mostrar una mejora futbolística con el retorno de jugadores claves como Nicolás Maturana y Maximiliano Cerato en funciones ofensivas.
Cobreloa recibió a Universidad de Concepción con la necesidad de recuperar el segundo lugar de la tabla -tras el triunfo de San Felipe en casa ante Copiapó- y mantenerse en la pelea directa por el título. Y lo consiguió con un final agónico, cuando escaseaban las ideas y el forastero parecía hacer su negocio en el norte.
Desde el inicio, fueron los mineros los que evidenciaron la urgencia por ir al frente, con un impreciso Cerato, los atildados pases de Maturana y el constante desborde de Jorge Espejo.
Eso le bastó a "Los Zorros" para marcar predominio y encontrar en dos opciones claras su posibilidad de abrir la cuenta. Fue con sendos testazos, uno de David Escalante -tras una gran proyección de Espejo- y otro del argentino Matías Ballini, aprovechando una jugada de "pizarra" de Nicolás Maturana. En ambas, el portero Manuel García estuvo impecable.
Al frente, "El Campanil" aprovechaba cada ocasión para enfriar el partido y apostar a su idea de encontrar al local mal parado. Cuando intentó con un remate de distancia de Juan Pablo Abarzúa y una llegada de Gustavo Guerreño, el joven portero Hugo Araya mostró tranquilidad para ahogar el grito de gol auricielo.
Deseperación
Mientras Miguel Ramírez apelaba a mantener el férreo cerco defensivo al inicio de la segunda parte, Cobreloa prolongaba la fórmula pero con menos profundidad.
Recién en la media hora aparecieron las variantes con el ingreso casi desesperado de Roberto Gutiérrez. Y con la variante del lateral volante Brandon Cáceres, Emiliano Astorga pareció reaccionar. Incluso, envió a Tomás Ortiz a la cancha tratando de no caer en el pelotazo largo. Pero no resultó.
Los intentos corrían por parte del empuje de Maturana y Espejo pero los sureños sabían cerrarse. Eso hasta que a nueve minutos del final apareció el de siempre, David Escalante, quien se juntó con Axl Ríos para descomprimir una presión que esperaba por una explosión en el Zorros del Desierto. El que aprovechó la ocasión fue Nicolás Maturana, quien puso el 1 a 0 cuando parecía que se agotaban las ideas.
Lo demás fue sufrir. Porque en el minuto final, un remate de Orellana dio en el vertical cuando Hugo Araya estaba batido y los hinchas loínos se tomaban la cabeza.
Fue un triunfo angustioso, como hace rato viene ocurriendo en los partidos de Cobreloa en casa, sin convencer y sacando algo más para cerrar juegos complicados ante rivales que vienen a aplicar el histórico libreto del agrupamiento defensivo en la altura.
El resumen habla de un equipo que sigue apelando a las individualidades para destrabar jornadas de sufrimiento y desde esa mirada, el resultado es nuevamente positivo aunque el rendimiento sigue preocupando.
La próxima semana en Copiapó, el equipo de Emiliano Astorga tendrá que enfrentar a su "fantasma" de la cancha sintética. Aunque a esta altura del año, ya no sirven las excusas.