Claudio Cerda Santander

La pertinencia de la implementación de la Reforma Tributaria impulsada por el Gobierno para ampliar los derechos sociales de la población y abordar otras reformas estructurales, en un contexto de escalada inflacionaria y proyectado bajo crecimiento económico este 2022 y próximo 2023, surgen como elementos considerados en el debate sobre esta medida.

La Reforma Tributaria, que busca aumentar la recaudación fiscal neta en 4,1% del Producto Interno Bruto (PIB) una vez en régimen (cerca de US$12 mil millones), incluye una reestructuración del impuesto a la renta, que considera un impuesto a la riqueza. También incorpora un conjunto de medidas orientadas a reducir las exenciones tributarias, un nuevo royalty minero y además impuestos considerados correctivos y orientados a promover la preservación del medio ambiente.

Dusan Paredes, académico de la Facultad de Economía y Administración de la Universidad Católica del Norte (UCN), se manifiesta optimista respecto a este proceso aunque sostiene que una de las dificultades de las reformas tributarias consiste en predecir el efecto neto de estas medidas. "Como todo impuesto siempre habrá gente favorecida y desfavorecida. Algunas veces son los consumidores finales, otras veces son las empresas y el Estado, aunque obviamente las reformas se implementan pensando en una mejora en el bienestar final. En este caso diría que hay un gran grupo de afectados, que corresponde particularmente a los grupos de más altos ingresos. Pero también el sector minero enfrenta mayores modificaciones", dijo.

"Se espera que los efectos sean positivos en el largo plazo, y en términos de recaudación deben serlo. En el caso del impacto en el sector minero, como todo sector que se enfrenta a un régimen tributario, tiene que adaptarse. Necesariamente habrá ajustes, aunque no sabemos de qué tipo. El sector minero enfrenta un proceso de incorporación de tecnología bastante importante, y yo tengo la sensación de que este tipo de reformas van a contribuir a agilizar ese proceso", agrega Paredes, PhD en Economía Aplicada, quien añade que resulta prioritario que la Reforma Tributaria contribuya a un impulso definitivo al sector de las ciencias e investigación para modificar la matriz productiva nacional.

Según detalles del proyecto de Reforma Tributaria, en cuanto a la reestructuración del impuesto a la renta, los ingresos del trabajo mantendrán su estructura progresiva, con tasas crecientes a medida que aumenta el ingreso. Más del 97% de los contribuyentes mantendrían su carga tributaria, incluyendo el 75% de personas que se encuentran en el tramo exento del impuesto a la renta. Para avanzar en justicia tributaria, la propuesta considera aumentar las tasas marginales de las personas que obtienen ingresos mensuales de más de $4 millones de pesos. Además, la tasa marginal máxima se establece en 43%, lo cual la ubicaría en el promedio de los países de la OCDE.

Mientras que el denominado Royalty aumenta la tributación de la gran minería del cobre, definida como la correspondiente a aquellos explotadores de este mineral con producción mayor a 50.000 toneladas métricas de cobre fino al año. El Royalty considera un carácter híbrido, al combinar un componente sobre las ventas que oscila entre tasas efectivas entre 1% y 2% para los productores entre 50.000 y 200.000 toneladas métricas de cobre fino (TMCF), y entre 1% 4% para aquellos con más de 200.000 TMCF, y un componente sobre la renta minera, con tasas de entre 2% y 32% sobre la rentabilidad operacional, para precios del cobre entre dos y cinco dólares la libra.

Reducción incertidumbre

Para Alejandro Micco (DC), exsubsecretario de Hacienda (2014-2017) y académico de la Facultad de Economía y Negocios (FEN) de la Universidad de Chile, resultaba necesario partir por una reforma tributaria progresiva para recaudar ingresos destinados a gastos sociales y contribuir a la distribución del ingreso. Esto considerando una iniciativa que impacte en menor medida en la inversión ante el complejo momento económico a nivel global y local. Micco, en tanto, plantea sus matices con respecto al impuesto a la riqueza.

"Entre lo que puede generar mucho nerviosismo y recaudar poco, en este punto diría que el impuesto a la riqueza puede resultar óptimo en términos económicos y de redistribución tener un cierto nivel de impuesto a la riqueza. No hay que decir que es algo demoníaco, porque no es así. Ahora, sobre todo en un momento como el actual, en que el ambiente está bastante crispado, este es un impuesto que tiende a generar mucha incertidumbre, porque es un impuesto que no se ha usado en Chile (…) Creo que hoy puede generar una percepción de mayor riesgo y de más incertidumbre, y recaudar poco. La experiencia en otros países, tanto de la OCDE como de países más ricos del mundo, recauda 0,2 del PIB. Esto para que lo pongamos en claro, el Gobierno quiere recaudar 4 (puntos del PIB)", dijo.

Micco, a su vez, sostuvo que el nuevo impuesto a la minería contribuirá a despejar las incertidumbres en el sector. "El Royalty se va a ampliar a las mineras que ya lo tienen en el tramo de venta de minerales. Por lo tanto, aquí estamos hablando de 10 a 15 mineras muy grandes. Obviamente, igual tendría un impacto, porque si yo le pongo un impuesto a esa empresa grande, esa empresa grande va a tener menor actividad económica y eso le pega a todo el mundo (…) Aunque esto puede resultar favorable porque hoy día existe tal incertidumbre en el sector minero respecto de cuáles van a ser las políticas futuras de minería, y que un Gobierno de izquierda ponga sobre la mesa cuál es su visión de lo que tiene que ser la tributación o cuál va a ser su manejo de sus políticas para el sector minero, creo que ayuda a reducir la incertidumbre", añadió Micco, Ph.D. en Economía de Harvard University.

"En el caso del impacto en el sector minero, como todo sector que se enfrenta a un régimen tributario, tiene que adaptarse. Necesariamente habrá ajustes, aunque no sabemos de qué tipo".

Dusan Paredes, PhD en Economía Aplicada