Un alucinante viaje en primera clase al multiverso
Llega a salas chilenas el último fenómeno del cine de entretención: una película independiente que potencia las posibilidades narrativas y formales de los universos paralelos.
El término multiverso fue acuñado en 1895 por el psicólogo William James para referirse a la existencia de universos paralelos. También ha llenado algunos papers científicos pero, principalmente, ha sido material fructífero para la ciencia ficción, los desarrolladores de videojuegos y los magnates de redes sociales.
¿Y el cine? Bueno, sí. Hay un puñado de películas sobre realidades paralelas ("Volver al futuro" es una de ellas) pero probablemente ninguna como "Todo en todas partes al mismo tiempo", actualmente en la cartelera chilena.
Algunos datos antes de seguir: se trata de un largometraje independiente realizado por la interesante productora A24 (en su catálogo encontramos a provocadores contemporáneos como Harmony Korine y Yorgos Lanthimos), que fue un fenómeno de audiencias cuando se estrenó en el festival South by Southwest. Cuenta con la co-dirección de Dan Kwan y Daniel Scheinert ("Swiss Army Man"), conocidos popularmente como "Los Daniels". Hay un dato más: en la producción están los hermanos Russo, quienes han dirigido algunas películas del universo Marvel. Ese detalle funciona como un nexo entre la experimentación "indie" y el cine de masas. Porque, a pesar de su naturaleza, "Todo en todas partes al mismo tiempo" está pensada para el entretenimiento masivo.
¿Qué la diferencia de otras ofertas de temática similar? El uso y abuso sin frenos de las infinitas posibilidades del multiverso en una dinámica que no da respiro. El que pestañea pierde en esta historia que va de un universo a otro sin tapujos, jugando de paso con los géneros cinematográficos, desde las artes marciales a la ciencia ficción, pasando por la comedia de enredos y el musical.
Para que todo se sostenga hay que construir, por supuesto, un universo base en el que podamos anclarnos. Es una de las infinitas vidas de Evelyn Wang (Michelle Yeoh), una inmigrante china en Estados Unidos que tiene un marido que ya no la quiere, un padre inválido, una hija adolescente que se siente discriminada por ser lesbiana y una lavandería que pasa por problemas legales. Declaraciones de impuestos irregulares tienen a toda la familia sentada en una oficina de rentas, frente a una agente (una graciosa Jamie Lee Curtis) que está decidida a cerrar el negocio.
"Los Daniels" deben haber elegido conscientemente el lugar más aburrido para una película de ciencia ficción -una oficina en medio de trámites burocráticos- para revertir el panorama con una idea y vuelta frenética a través de otros universos donde los personajes presentan llamativas mutaciones: en uno, el esposo es un amenazante guerrero; en otro, Evelyn es una celebridad mundial; en otro, la máxima evolución genética es que los dedos humanos parezcan salchichas. Tonterías como ésta abundan en un filme que es puro divertimento y que, en la línea de los guiones de Charlie Kaufman ("Eterno resplandor de una mente sin recuerdos"), no teme en alcanzar el delirio.
"Todo en todas partes al mismo tiempo" abre nuevas posibilidades narrativas para el cine (imaginemos un género de multiversos que se base en saltos entre planos de realidad) pero no deja de ser un artefacto eficaz. Es, digamos, más ingeniosa que inteligente. Más efectista que ponderada. Más pasatista (pasadista) que memorable.
"Todo en todas partes y al mismo tiempo" explora las posibilidades de los universos paralelos.
En cartelera
La cinta "Todo en todas partes al mismo tiempo" ya está en los cines chilenos.
Por Andrés Nazarala R.
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