Recuperación de los barrios céntricos
El deterioro de los cascos históricos es una constante que se repite en la Región y aún no hay políticas que apunten a solucionarlo. Es el momento que se realicen las coordinaciones y esfuerzos necesarios para que la tranquilidad vuelva a los cascos históricos de las comunas y con ello la vida familiar retome sus puntos de encuentro.
Una vez más se tiene que insistir en que los gobiernos comunales y regionales desarrollen planes y programas destinados a recuperar el concepto de paseo, comercio ordenado y paseo familiar de las zonas céntricas. Con ello impedir el creciente deterioro debido a la indefensión de vecinos y comerciantes que ven con lástima como las calles son tomadas por el comercio informal y delincuentes.
Antofagasta, como capital regional hace años que su casco histórico sufre del abandono de las autoridades, muchas de ellas la recorren a diario, pero no son capaces de dimensionar la constante lucha por recuperar la tranquilidad que desarrollan sus vecinos.
Durante el día, el comercio ambulante y la delincuencia que aprovecha esa situación se toman las veredas a vista y paciencia de todos. Y lo peor no aceptan las indicaciones a acatar el orden y a respetar las normativas vigentes.
Eso se ve en varias arterias céntricas y otros puntos conflictivos como la plaza Sotomayor donde las riñas, las incivilidades y la venta de droga son panoramas que se repiten a diario.
Los vecinos, trabajadores y la misma Cámara de Comercio ha manifestado en más de una ocasión que se debe hacer un programa de recuperación. Lamentablemente hasta hoy se desconoce si estas demandas ciudadanas han tenido eco, por lo pronto no se conoce de que se estén realizando esfuerzos en este sentido.
Y lo que ocurre en Antofagasta no es una situación particular en otras comunas de la región ocurre lo mismo. Por ejemplo, en Calama, la segunda más poblada, son las propias autoridades policiales que han reconocido un aumento en la comisión de delitos. Algo que preocupa, porque allí se concentra un alto número de personas en diversas actividades.
Es el momento que se realicen las coordinaciones y esfuerzos necesarios para que la tranquilidad vuelva a los cascos históricos de las comunas y con ello la vida familiar retome sus puntos de encuentro.
No sería malo repetir experiencias positivas como la de los "copamientos" que se utilizó en el barrio Meiggs u otras similares que sean de acción y resultados inmediatos. Sumado a ello lo que puedan hacer los jefes comunales y los mismos pobladores y comerciantes para complementar lo que hagan las autoridades policiales.
Los tiempos apremian porque si no se actúa con prontitud en el futuro será aún más difícil de resolver.