Dificultades y errores en la instalación
El proceso para el gobierno de Gabriel Boric no ha estado ajeno a problemas propios de una nueva administración, pero también se ha encontrado con errores no forzados de algunos secretarios de Estado. Tardó más en que anteriores administraciones lo que puede demostrar dos cosas, un trabajo selectivo exhaustivo o inconvenientes para llegara acuerdos.
La instalación del nuevo gobierno no ha sido fácil tanto en la designación de las autoridades regionales como también en el tratamiento de temas que son de suyo complejo. Como en todo orden del quehacer cotidiano siempre hay un plazo para la adaptación, caminar sobre seguro y evitar los errores no forzados.
El nuevo gobierno de Gabriel Boric se ha encontrado con un aparataje institucional público inmenso y pese a que sabían a lo que iban ha costado ajustarse. Y por ello para no cometer errores se han tomado el tiempo en las designaciones.
En nuestra región recién ayer, a casi un mes de asumido el nuevo gobierno, se pudo completar el gabinete de la Delegación Regional. Hubo largas conversaciones y principalmente negociaciones para elegir a los mejores, respetar el equilibrio de las fuerzas de la coalición y ampliar el espectro a otros sectores como a la antigua Nueva Mayoría o Concertación.
Tardó más en que anteriores administraciones lo que puede demostrar dos cosas, un trabajo selectivo exhaustivo o inconvenientes para llegara acuerdos.
A la tardanza en nombramientos se pueden sumar los llamados "errores no forzados" en el que han caído varios de los nuevos ministros y que se pueden resumir en la urgencia en el proyecto de indulto que lideró el ministro Jackson, los acontecimientos en Arauco con Siches y Monsalve, y Siches repite con las declaraciones sobre un avión con extranjeros expulsados que habría despegado y regresado con los mismos pasajeros.
En todos ellos queda claro la impulsividad, ansiedad y urgencia en llevar a cabo las demandas ciudadanas. El ímpetu suele jugar en contra y las buenas intenciones volverse en contra por la falta de reflexión.
Nadie quiere que a nuestros gobernantes les vaya mal o cometan errores que entorpezcan el camino final del bien común. Salvo quienes tienen intereses políticos mezquinos, pero hay una gran mayoría que al igual que en anteriores administraciones esperan tranquilidad social, oportunidades laborales y mejoras en la calidad de vida.
Chile tiene que recomponerse tras las crisis social y pandémica para retomar el desarrollo sostenible.