Al delinear las estrategias futuras para la Región de Antofagasta, el impulso y desarrollo del corredor bioceánico debiera ocupar una de las prioridades. Hasta el momento los esfuerzos, que por años ha desarrollado un equipo dedicado al tema, ha dependido mucho de la apertura del gobierno central, quienes han sido los encargados de liderar las conversaciones y de promover las políticas necesarias de complementariedad entre nuestro país y los involucrados como Argentina, Paraguay y Brasil.

No siempre se ha dado prioridad más allá de coincidir que es importante, pero los recursos para el desarrollo de la infraestructura necesaria no se han destinado para avanzar en lo interno y acelerar a los vecinos con sus compromisos, los que han ido avanzado vertiginosamente en los últimos años.

En el gobierno regional ya existe una visión clara y están apostando por gestionar lo que sea necesario, como la inversión portuaria, especialmente en Tocopilla, que se presenta como una alternativa concreta frente al posible flujo de carga.

Hay otras necesidades igual de importantes que debieran abordarse pero para ello se requiere el concurso de las autoridades comunales y regionales.

Contar con un corredor que abra a las zonas industriales del Atlántico una salida al Pacífico por los puertos de la zona es una oportunidad de negocios inmensa que todos debieran tomar en su real dimensión y no sólo de sus impulsores que se mantienen activos en una lucha contra los "molinos de viento".

El beneficio es para todas las comunas no sólo para las portuarias por la necesidad de contar con servicios en el recorrido hacia ellos. Calama y Tocopilla pueden tener su propio frente al igual que Antofagasta y Mejillones, si se opera con la sapiencia respecto al objetivo final que es generar un nuevo polo económico y de desarrollo para los habitantes de la región.

El nuevo gobierno central se ha destacado por entregar facultades a las regiones y por impulsar acuerdos y convenios con los países vecinos. Ese es un buen escenario para ponerse a tono uniendo los esfuerzos de autoridades, empresariado y la comunidad por un fin que claramente será positivo.

La reinserción social de los y las jóvenes que han estado en conflicto con la ley de responsabilidad penal adolescente (Ley N°20.084), es hoy por hoy, el objetivo fundamental del Servicio Nacional de Menores. Este Servicio, desde el 1 de octubre del año recién pasado, trabaja exclusivamente en el área de justicia y reinserción juvenil, lo que nos mandata a reforzar el trabajo con los sectores estratégicos que brindan soporte a nuestra misión institucional en el trabajo con jóvenes que han infringido la ley penal.

Disminuir las brechas de acceso a las políticas sociales en materia educativa y de capacitación, es sin duda uno de los grandes desafíos para cambiar el paradigma que existe en la sociedad respecto de los jóvenes que se encuentran ingresados en los centros privativos de libertad y de medio libre que forman parte de la oferta programática del Servicio nacional de Menores en la Segunda Región.

En este sentido, uno de los mayores impulsos en el proceso de reinserción social de los y las jóvenes lo constituye la educación, tanto formal como emocional, así como la capacitación con fines formativos y laborales ya que, cada una, entrega herramientas que serán el pilar para desarrollar sus aptitudes y habilidades en su comunidad y la sociedad en general.

Es así, como a través del trabajo realizado con el Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (Sence), es que 20 jóvenes del Centro de Justicia Juvenil de Antofagasta y de los Programas de Medio Libre se certificaron hace poco tiempo como soldadores y operadores de grúa horquilla.

Paralelamente, a través del anexo CEIA del Liceo Dr. Antonio Rendic dependiente de la Corporación Municipal de Desarrollo Social de Antofagasta, los y las jóvenes que se encuentran privados de libertad desarrollan sus procesos educativos tanto de enseñanza básica como media, poniendo a la educación como un eje principal en los procesos de reinserción social.

Este trabajo mancomunado de manera permanente con instituciones públicas y privadas, nos permite hoy en día como Sename, en conjunto con nuestros organismos colaboradores como la YMCA Antofagasta, Corporación Serpaj y Fundación Tierra de Esperanza, acompañar a 8 jóvenes con medidas o sanciones en medio libre, en su proceso de matrícula e ingreso en distintas casas de educación superior de la región, quienes optaron por carreras del área de las ingenierías y minería, lo que significa un gran logro para su proceso de reinserción.

Sabemos que esta tarea es ardua, pero el compromiso de todos quienes trabajamos en estos procesos (públicos y privados), pero principalmente el de los(as) jóvenes que se encuentran en nuestros programas, es el motivo central por el que debemos seguir en esta senda, forjando historias inspiradoras de cambio y superación personal.