Calama, desde Topater
Calama celebra hoy uno de sus días preclaros: el triunfo de las fuerzas expedicionarias chilenas en 1879. En Topater se probaron los primeros impulsos de nuestras armas. Topater incorpora a Calama a las ventajas de la tierra chilena. A sus orillas, el Río Loa platea en sus truchas exquisitas. Y, a la distancia, se levanta el poderío de Chuquicamata que, desde 1918, representa la palpitación industrial más intensa de nuestro cobre. Recordemos, al hablar del cobre, que el poeta Alejandro Galaz lo cantó, en 1930, elogiándolo, "porque nunca podría ser hoja de puñal".
Calama, con la riqueza de sus vegas, plateada por la bondad de sus choclos, apoyada en el espaldar de Chuquicamata, tiene tradición. Calama es afirmación de venturas, donde se abrazan la fertilidad de su verdor con las rojas del cobre poderoso.
Calama encierra prestigio de siglos. Sus raíces son prehispánicas. Particularmente, nos importa recordar que Diego de Almagro herró sus caballos, de regreso al Perú, en 1536, con cobre de Chuquicamata; y que Pedro de Valdivia permaneció en Chiu Chiu en su viaje al sur. Alonso de Góngora y Marmolejo describirá, en 1575, las penurias de esta expedición y señalará que: "Por Atacama, hasta llegar a Copiapó, había que pasar forzosamente 80 leguas del despoblado, falto de hierba y de agua".
A partir del 23 de marzo de 1879, Calama recibió el ímpetu nacional que hoy la distingue. Y la voz potente de Chuquicamata, que en quechua significa "Dura Lanza", lo confirma. Su actividad es una "dura lanza" que tutela nuestra economía. A partir de 1918, sus máquinas cantan al progreso.
Admiramos Calama, actualmente, en la renovada pujanza de sus hijos, de ánimo cordial y gran generosidad, de impulso vital para desafiar cuánto les impulse al futuro, orgullosos de ser calameños, hermanos de sus vegas feraces y de sus choclos deleitosos, y vecinos del cobre capital de la fortuna patria, Chuquicamata.
Calama y "Chuqui" se hermanan en la realidad de un activo progreso, a la sombra de Topater.
¡Calama, feliz aniversario!
Andrés Sabella, 23.03.1989