Siete años después de su último disco, "Algo sucede" (2015), algo ocurre de verdad en la vida de Julieta Venegas, muy motivada por su inminente nuevo trabajo, tras haberse embarcado mucho antes de la pandemia en una pausa para repensar cómo quería que fuesen de verdad las cosas en su carrera.
"Después de aquella gira, que me llevó tres años, me di cuenta de que no me podía meter a escribir de nuevo para volver a salir de gira. Necesitaba parar la máquina y encontrar otra forma de seguir", recuerda la artista a la agencia de noticias Efe.
La causa principal de su descontento fue la dimensión y rutinas que había adquirido su carrera a manos de la multinacional que publicó sus discos, desde que empezó su andar como solista con el álbum "Aquí" (1997) hasta el citado "Algo sucede", con su conversión entre medias como estrella internacional con "Sí" (2003) o "Limón y sal" (2006).
"Nunca hablaré mal de mi experiencia con Sony, pero en algún momento empecé a sentir una gran distancia entre lo que yo quería y lo que representaba", confiesa esta mexicana nacida en Estados Unidos.
Venegas (Long Beach, 1970) inició un proceso de reflexión y, anticipándose a lo que muchos de sus compañeros se verían obligados a hacer poco después a causa de la pandemia, desarmó su banda, su oficina "y un montón de cosas más".
DEL CANTO A LA ACTUACióN
En su recién estrenada residencia en Buenos Aires, se acercó al teatro inspirada por la obra "Miedo" del español Albert Pla. "Me di cuenta de que él tenía mucho más claro lo que quería. Aquello no era un musical como tal, pero combinaba la palabra y la música y pensé que algo así sería padre. Además, ya no tenía ganas de viajar", rememora.
Así debutó como actriz con el monólogo "La Enamorada" del escritor Santiago Loza, experiencia de la que surgió el álbum "La enamorada" (2019), con temas basados en el guion.
"Me ayudó mucho en el escenario porque me hizo soltarme de una manera muy bonita. Yo me lo tomaba como una meditación porque mentalmente no podía estar en ninguna otra parte y me hizo encontrar algo que me dio seguridad para empezar a trabajar con más gente", explica sobre todo su proceso de cambio.
Justo antes del inicio de la pandemia, echó mano de sus vivencias más profundas para presentar "Íntimo", una gira en la que, cargando ella misma sus instrumentos de un lado para otro, se presentaba a solas ante el público, lo que la hizo decidir que quería continuar su carrera "de una forma más tranquila".
Contra la locura
"Después de hacer esto durante tanto tiempo, sé lo que quiero, enfocándome solo en lo creativo, pero con una estructura más acorde con mi manera de pensar, más chica", subraya.
Entonces no contemplaba la idea de hacer un disco, pero con la cuarentena encontró "la necesidad de escribir todos los días como un ejercicio contra la locura". De repente, tenía un montón de canciones y empezó a hablar con su amigo, el compositor y productor nacional Álex Anwandter.
De él dice haber aprendido "un montón". "Es un cómplice maravilloso y un maestro y ambos coincidimos en que las canciones son el centro de todo, que es algo que he buscado en todos mis discos", expone tras presentar el primer sencillo, "Mismo amor", de fuerte componente pop.
"Siempre me ha gustado la canción pop, con la caja de ritmos marcada, y esa combinación con los temas del acordeón, alternar lo más programado y artificial con la tierra que jala un instrumento acústico. Eso lo haré siempre y en este disco hay mucho de eso, canciones muy mexicanas y con otras como 'Mismo amor'", anticipa sobre su futuro octavo álbum, aún sin fecha ni título.
Algunas de ellas sonarán en los conciertos que, en formato de trío, junto a una contrabajista y una baterista que estará a cargo también de los sintetizadores, arrancarán hoy su gira "Vernos de nuevo" por España.
"Hay que seguir ocupando espacio para poner arte y cosas positivas antes de que se llene de otras noticias y situaciones. Vamos a hacerlo, aunque sea a codazos", afirma.