El auténtico moái que permanece hasta
RIESGOS. Aunque fue visada favorablemente en 2019 por el Consejo de Monumentos, su restitución no formó parte del programa del Ministerio de las Culturas. Su estado amerita un contundente análisis.
Sin fecha de retorno a Rapa Nui se halla el moái que desde 1951 es parte del Museo de Arqueología e Historia Francisco Fonck de Viña del Mar, que no fue incluido en el Programa de Repatriación Ka Haka Hoki Mai Te Mana Tupuna (Devolver el mana de los ancestros), el cual busca el retorno de los cuerpos de antepasados, objetos sagrados y funerarios a la Isla.
En el marco de ese programa, el 7 de este mes regresó a su lugar de origen el moái de roca basáltica Tau, que luego de estar en exhibición desde 1878 en el Museo Nacional de Historia Natural, en Santiago, permanecerá de modo definitivo en el Museo Antropológico Padre Sebastián Englert, en el territorio insular.
Consultada sobre la restitución del moái del Museo Fonck, visada favorablemente por el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) en 2019, tras una solicitud que el municipio de Rapa Nui ingresó el 29 de enero de 2014, durante el operativo de traslado del moái Tau, la exministra de las Culturas, Consuelo Valdés, señaló que antes de planear un posible retorno, es necesario contar con la evaluación técnica de expertos del Centro Nacional de Conservación y Restauración para asegurar sus condiciones de conservación.
"El moái presenta algunos daños en su estructura que ya se han dado a conocer con anterioridad. Se han hecho estudios para el traslado, pero aun así hay que realizar un contundente análisis de su estructura y las condiciones en las que se encuentra la pieza", declaró la exministra.
RETRIBUCIÓN rapanui
"Este moái llegó en 1951 al museo como retribución de la comunidad rapanui a la labor que efectuó durante años la Sociedad de Amigos de Isla de Pascua -gestada originalmente al interior de la institución viñamarina-, que entre otras cosas donó la construcción de un leprosario, trajo a personas enfermas para su tratamiento al continente y fue muy efectiva en su apoyo a la comunidad de ese territorio", expone Claudio Etcheverry, presidente del directorio de la Corporación Museo de Arqueología e Historia Francisco Fonck.
La estructura de toba volcánica de casi tres metros de altura y tres toneladas de peso fue trasladada al continente en el transporte Pinto de la Armada y quedó instalada en un sector de jardines de la avenida Marina, frente al antiguo Hotel Miramar, ubicación que por el creciente aumento del tránsito se tornó riesgosa para la escultura y determinó que en 1988 fuera emplazada junto al acceso al museo, en la calle 4 Norte.
Fue en ese operativo donde se detectó la situación que ha mantenido al moái en el continente. La exdirectora del Centro Nacional de Conservación y Restauración, Mónica Bahamondez, ingeniero civil químico y especialista en conservación de monumentos de piedra y adobe, quien intervino en la protección de la pieza en 1999, reveló que al levantar la pieza, que se hallaba sobre un cubo de concreto, se descubrió que estaba anclado a esa base mediante un fierro que se introduce en la estructura estimativamente en 1,80 metros.
El 12 de marzo de 2014, Bahamondez presentó un informe sobre un eventual nuevo traslado, elaborado a solicitud del CMN. "Este moái se puede trasladar, pero es riesgoso. Y quien lo haga, y quien lo autorice, tiene que asumir los riesgos", sostuvo entonces la experta, quien planteó que la pieza arqueológica tiene múltiples fisuras atribuibles al deterioro propio de esas esculturas construidas en piedra volcánica y posiblemente a la expansión del metal oxidado.
DECISIóN DE RESTITUIR
Ese año el CMN realizó otros estudios, y solicitó antecedentes al Museo Fonck, y a los municipios de Viña del Mar y de Rapa Nui. El análisis jurídico concluyó que el Estado podría autorizar el traslado, pero el Consejo acordó que previo a pronunciarse, debía tener los antecedentes completos sobre las medidas de resguardo para el traslado y la conservación.
La Municipalidad isleña ingresó en 2015 al CMN un proyecto en tal sentido junto con proponer noviembre de ese año como fecha del viaje, mientras continuaba el arduo debate sobre la pertinencia de una nueva mudanza.
"Planteamos nuestros argumentos: Que nos fue donado, que está en territorio nacional, que es una forma de que las personas del continente puedan conocer un moái auténtico; que por ser de toba volcánica corre el riesgo de romperse, y que fue sometido a conservación preventiva con una protección para que no le entre agua y se deteriore", refiere Claudio Etcheverry.
"Dimos esa pelea y finalmente, el 8 de mayo de 2019, el CMN decidió restituir el moái a Rapa Nui. Esa es la última palabra, ya hay un decreto y nosotros lo acatamos. En algún momento se lo van a llevar. Mientras tanto está en Viña y la gente puede visitarlo", resume.
"todo es discutible"
José Miguel Ramírez, investigador de la Universidad de Playa Ancha, arqueólogo del Museo Fonck durante 12 años y exadministrador del Parque Nacional Rapa Nui durante siete, coincide con Mónica Bahamondez en lo que respecta al riesgo que conllevaría un nuevo traslado del moái, ya que está confeccionado "en toba volcánica, llamada lapilli, formada por estratos de cenizas y granos de distinta densidad y tamaño. Presenta una fisura en diagonal que atraviesa el tronco, y fue pegado con una barra de metal que atraviesa todo el pedestal, que es una pieza enorme de concreto y está sellado con cemento a la base, de manera que separarlo eventualmente puede ser un riesgo muy grave para la conservación de la pieza".
Aparte de eso, plantea, "hoy la restitución del patrimonio representa un tema simbólico, algo políticamente correcto, pero todo es discutible. Estoy de acuerdo en que el patrimonio expoliado en un contexto colonial se restituya a sus creadores o herederos, en general un principio aceptado en todo el mundo. Es el caso del moái Hoa hakanana ia que se llevaron a Londres en 1868".
Importancia del moái
Para el experto, "hay situaciones y situaciones. No considero que este moái en particular tenga sentido devolverlo a la Isla por una serie de condiciones, en particular por la conservación, pero además porque tiene una relevancia en el ámbito educacional que pienso que no se puede desconocer. Para la mayoría de los chilenos continentales y para muchos turistas, es lo más cerca que podrán estar de un moái de Rapa Nui en su vida".
Además, explica que este moái "no tiene excavadas las cavidades de los ojos, lo que significa que no alcanzó a levantarse sobre un ahu ni a convertirse en el aringa ora (rostro vivo) de un ancestro. No contiene el espíritu (mana) de un ancestro en particular".
ahora sin plazo de retorno a Rapa Nui
"En algún momento se lo van a llevar. Mientras tanto está en Viña y la gente puede visitarlo".
Claudio Etcheverry, Presidente de la Corporación Museo Fonck de Viña del Mar