Desinformación en tiempos de guerra
La alta conectividad posibilita que la antigua estrategia de crear confusión a través de informaciones falsas hoy se haga con mayor tecnología e impacto. Si seguimos las alternativas se podría asegurar que ambas guerras (militar y comunicacional) las está ganando el Kremlin y su poder de desinformar sin contrapeso, debido a que tiene más herramientas.
El gobierno de la Federación Rusa desde antes y durante los ataques hacia puestos claves de su vecina Ucrania, ha utilizado la estrategia de la desinformación, noticias falsas y aumento en el control de los medios para justificar su ofensiva militar. Y lo ha hecho hacia el interior, para ganar respaldo ciudadano y hacia el exterior para exponer a sus atacados como pronazis y un peligro para la estabilidad de la zona.
Una de las estrategias externas fue difundir que Ucrania estaba produciendo armas nucleares y su obligación era restablecer el orden por su propia seguridad.
Esta información ha sido desmentida por distintas organizaciones internacionales y lo difundido fue catalogado como una burda mentira.
Desde el bando contrario han hecho frente no sólo con armas también con informaciones falsas con apoyo de videos editados e imágenes que no correspondían a lo que informaban.
No obstante, tanto en el campo de batalla como en las redes sociales y medios formales, la estrategia comunicacional rusa lleva la delantera en lo relativo a generar opinión favorable a través de la desinformación. Y en este espacio no trepidan en utilizar su poder para dominar lo que publican las agencias locales y que luego replican algunas internacionales menos exigentes con el origen.
Informaciones provenientes de Rusia han sido bloqueadas de redes sociales como Facebook, Instagram, Twitter y sus medios informativos oficiales son claramente cuestionados en el espectro europeo. Frente a esta cascada de "fake news", los medios internacionales hacen esfuerzos para llegar hasta el lugar del conflicto para generar sus propias informaciones en un territorio en guerra con las complicaciones que ello implica.
Si seguimos las alternativas se podría asegurar que ambas guerras (militar y comunicacional) las está ganando el Kremlin y su poder de desinformar sin contrapeso, debido a que tiene las herramientas para hacerlo y lo ha puesto en marcha, como lo han hecho otras potencias, que justifican sus ataques en informaciones claramente falsas.
En Chile seguimos de lejos la crisis, pero el bombardeo en el ciberespacio es continuo y esta característica es la que marcarán los conflictos de aquí en adelante y son propios del mundo globalizado en el que vivimos.