El futuro de Chile
"El femicidio en el pololeo estaba cubierto por un manto de dudas y bajas penas, avalada por una parte de la juventud actuando de forma indolente". Pamela Astete Chacón, Directora Regional SernamEG
En este primer año de la conmemoración del Día Nacional por la no Violencia en el Pololeo y prontos a cumplir dos años de la entrada en vigencia de la ley 21.212 que tipifica la violencia en el noviazgo, esta columna está dirigida a los cientos y quizás miles de jóvenes mujeres que son violentadas por sus pololos.
La conmemoración de este día y la existencia de esta ley, nacida en moción parlamentaria y promulgada por el Presidente Sebastián Piñera Echenique, vigente desde 4 de marzo de 2020, nos retrotrae a la muerte de Antonia Garros Hermosilla, acaecida en febrero 7 de 2017, en una época en que crímenes de este tipo eran tipificados como homicidios restándole la gravedad que tiene el femicidio en Chile.
Con las modificaciones al código penal que trajo esta ley podemos perseguir penalmente aquellos crímenes ocurridos en una relación de pareja donde haya o no convivencia, inclusive si la muerte fue inducida hacia el suicidio como fue el caso de Antonia. La persecución se agrava más si hubo embarazo, discapacidad, sea menor de edad o haya ocurrido en presencia de familiares.
La acción penal echa raíces en una costumbre arraigada en nuestra sociedad donde el femicidio en el pololeo estaba cubierto por un manto de dudas y bajas penas, avalada por una parte de la juventud actuando de forma indolente. Ese fue el momento además en que las universidades prestaron mayor atención a la forma brutal en que eran celebrados los mechoneos.
Si nos remontamos en el tiempo, la juventud aprende a ser violenta del ejemplo recibido en sus hogares, según el estudio "Comprendiendo el ejercicio de la violencia de hombres hacia mujeres" de 2013; a que son más las mujeres (63%) que hombres (30%) quienes reconocen este tipo de conductas como algo agresivo, señala el informe "Percepción de la violencia en el noviazgo de mujeres y hombres adolescentes" de 2021; y que muchas veces se debe a que "el niño no está recibiendo lo que necesita: el afecto de sus padres", en opinión del sicólogo alemán Arno Gruen.
Por eso como SernamEG y como Delegación Presidencial Regional creemos en la reeducación de la conducta violenta, por lo cual trabajamos con hombres interesados en cambiar de actitud. Y en los casos más graves, actuar con las herramientas que nos permite la legislación chilena como ocurrió con la primera querella presentada el 14 de enero de este año en el Juzgado de Garantía de Antofagasta invocando la "ley Gabriela".
Jóvenes, mujeres y hombres, mi llamado es a informarse y a ejercer relaciones desde la comprensión mutua, el respeto y el fundamento de querer lo mejor para la otra persona. En ustedes está el futuro que nuestro país necesita.