A 10 años de su muerte, Whitney Houston no descansa
ANIVERSARIO. Documentales y libros no hablan de su música y solo se centran en sus problemas con las drogas.
Resulta difícil aplicar para Whitney Houston la frase "descansa en paz". Su muerte accidental el 11 de febrero de 2012 tras unos atribulados últimos años no puso fin al río de noticias y eventos que desde entonces han seguido exprimiendo la memoria y desgracia de la voz más premiada de la historia: obtuvo 415 galardones, entre ellos 8 Grammys.
Sin su aprobación, aunque a menudo con el consentimiento de quienes debían velar por la integridad de su legado, en este tiempo no han dejado de publicarse libros, documentales y crónicas que han abundado en las claves de su éxito y posterior caída, pero ha habido poco que revisar en cuanto a música.
No ayudó que el morbo que suscitaron su adicción a las drogas y su tóxica relación con el también artista Bobby Brown rodeara igualmente las circunstancias de su fallecimiento, ahogada en la tina de su pieza en un hotel de Beverly Hills en la víspera de los Grammy.
La vida quiso que cuando se cumplían tres años, su única hija, Bobbi Kristina, muriera de una forma similar, ahogada tras consumir alcohol y drogas. De ese deceso fue señalado como "responsable legal" el que fuera entonces su novio e hijo adoptivo de Houston y Brown, Nick Gordon, quien en enero de 2020, también fue hallado sin vida: sobredosis.
Poca música
En la década transcurrida desde su desaparición apenas ha surgido material musical trascendente. Y a falta de discos, en 2016 sí se subastaron más de 100 artículos personales. "Es el momento de dar algo a la gente que la amaba a ella y a su música", alegó la familia al poner al alcance del público objetos tan icónicos como el Emmy que ganó en 1986 por "Saving All My Love for You" y el MTV Video Music Award que se llevó por el tema "How Will I Know".
El vacío musical también lo llenaron varios documentales que exploraron su obra, pero principalmente su vida: "Whitney: Can I Be Me" (2017), situaba en su niñez sus primeros escarceos con los estupefacientes. "Whitney" (2018) apuntó a que su férrea adicción a las drogas fue condicionada por el abuso sexual del que había sido víctima siendo niña.